Con una versión de equipo gastado, discreto a malo, Cerro Porteño decepcionó en el torneo Clausura. Este vicecampeonato y la clasificación a fase previa de Copa Libertadores son sus premios, que significan algo como dos granos de café que ni siquiera sirven para hacer una taza.
La realidad es cruda, porque el Ciclón se había preparado para reivindicarse en este semestre. Nunca encontró norte claro. Sus estrellas no brillaron. Logró triunfos llenos de sustos, siempre se quedó corto y cedió, en más de una ocasión, sus pequeñas diferencias. Sus cuatro males son:
1. NO CERRAR SUS PARTIDOS
El equipo de Francisco Arce vio volar puntos valiosos de su bolsa en las postrimerías de los partidos. Los golpes más duros llegaron de los guantes de General Caballero (1-1), en Ciudad del Este, y de Guaireña (2-2), en La Nueva Olla, que igualaron en los últimos minutos de la adición.
Guaraní también se llevó un empate de Barrio Obrero en la agonía, a tres minutos del final, mientras que Olimpia expandió aires de frustración en su última visita con un golazo de Richard Ortiz, a seis minutos del pitazo, en un juego en el que el local perdió la punta del certamen.
2. BAJA PRODUCTIVIDAD DE LOS 9
El cuadro azulgrana hizo 32 goles en 22 presencias en el campeonato, 10 menos que el nuevo campeón. Sus jugadores que llegaron al club con el rótulo de goleador, como Marcelo Moreno Martins, Fernando Romero y Alfio Oviedo, no aparecieron en su esplendor.
El boliviano hizo cuatro tantos en el campeonato, Fernando Romero se destapó con un doblete en la última fecha, en Encarnación, demasiado tarde, mientras que el último terminó con el grito atragantado en la garganta.
Los de mejores registros son Brahian Samudio, que hace más de volante, y el lateral Alberto Espínola, ambos con cinco concreciones.
3. BAJÓN DE SUS FIGURAS CLAVES
En las estadísticas, al menos en el top 3, no figura ningún jugador de Cerro Porteño entre los máximos goleadores, asistentes, disparos ni faltas recibidas. Esto evidencia que su campaña fue magra en todos los órdenes y se responde a partir de los bajones que sufrieron sus figuras.
El declive de Claudio Aquino fue el más sentido. Desde el penal fallado contra Olimpia por Copa Libertadores, en La Nueva Olla, ya en el semestre pasado, el argentino dejó de ser el mismo. Ese error aguijoneó su moral y bajó su rendimiento por el suelo: tiene un gol en la campaña, de penal.
Otro señalado es Rafael Carrascal, quien perdió la titularidad, y ausente en varias convocatorias por una decisión técnica. Ángel Cardozo Lucena y Juan Patiño, que incluso protagonizó una fuerte discusión en la vía pública por esa causa, se mantuvieron en el ojo crítico de la afición.
4. CAÍDA EN LOS DOS CLÁSICOS
Cerro Porteño no pudo agregarse fuerza moral con triunfos frente a Olimpia, su rival de toda la vida. Los enfrentamientos entre los dos colosos del fútbol paraguayo fueron desnivelados por el Decano, que reinó en su casa como fuera de ella, con un castigador Derlis González.
En el primer cruce, el Ciclón visitó Para Uno con la posibilidad de dar un gran golpe a Olimpia en un inicio de torneo en el que el rival no encontraba rumbo fijo en el campeonato (2-0).
No obstante, Julio Cáceres dio en la tecla exacta y se quedó con el primer clásico, pero el correctivo mayor aplicó a domicilio con triunfo que le dio la cima y brío de cara a la recta final (1-2).
