Por Víctor Hugo Bogarín - @diariokue
Primeros pasos en el fútbol
González comenzó su carrera en el Club General Aquino, de su ciudad natal, que años después se fusionaría para dar origen al Club Sportivo Luqueño. Desde muy joven destacó como delantero y rápidamente llamó la atención de clubes grandes, hasta que dio el salto al Olimpia, donde consolidó su reputación como uno de los mejores goleadores de la historia franjeada.
Brillo internacional
Su talento trascendió fronteras. Fue parte de la Selección paraguaya que participó en la primera Copa Mundial de la FIFA en Uruguay 1930, y un año antes se había consagrado máximo goleador del Campeonato Sudamericano 1929 en Argentina, llevando a Paraguay al segundo puesto, un hito histórico para el país.
Más allá de los goles: patriotismo y liderazgo
La grandeza de Don Aurelio no solo se mide en goles. Durante la Guerra del Chaco, pausó su carrera para defender a Paraguay, demostrando compromiso y patriotismo. Al volver, asumió la dirección técnica del Olimpia y logró múltiples campeonatos, dejando una huella imborrable como formador de jugadores y estratega dentro del club.
Recuerdos de quienes lo conocieron
Quienes estuvieron bajo su dirección recuerdan su carácter exigente, pero también su pasión por enseñar. Evaristo Isasi, uno de sus dirigidos, contó entre risas:
“Don Aurelio tenía un carácter muy especial. En una de las prácticas, me recriminaba porque yo hacía el centro a la corrida, y él quería el arrastrón, rasante para que alguien patee. Yo no le hice caso y tiraba el centro para que Kike (Villalba) u otro compañero pudiera cabecear. Entonces me echó de la práctica. Tereho cheve ko’agui”, había expresado don Aurelio.
Hoy, más de un siglo después de su nacimiento, Don Aurelio González sigue siendo recordado como goleador, estratega y patriota. Su legado vive en cada historia, en cada recuerdo y en cada hincha que conoce la grandeza del Decano.