A favor del titular de la APF, esta vez, podemos indicar que hace lo correcto y, quizá, en el momento justo, cuando aún existe la posibilidad de recuperar terreno. Porque con Berizzo hubo una tolerancia excesiva, en la que tardaron más de la cuenta en quitarlo y el cambio ya vino con la Albirroja en terapia intensiva, sin poder recuperarse. Y lo de Osorio fue el peor de los fiascos.
Lo exaltaron tanto que armaron toda una parafernalia para presentarlo y se fue tras dirigir un solo partido, en lo que fue algo más parecido a un fraude y total pérdida de tiempo. Pésimo manejo del caso de parte de un Harrison respaldado por un grupo de dirigentes obsecuentes.
Y hoy lo de Guillermo era insostenible, considerando que perdió la confianza de la afición y de la prensa deportiva y principalmente porque no encontró el rumbo para el equipo. Tras un buen primer tiempo ante Perú, se fue desinflando y ya no logró conformar un onceno equilibrado en sus líneas; no dio confianza a los jugadores, ya que ninguno, salvo excepciones, rindió como en sus clubes
El DT no mostró ambición. Se lo vio temeroso siempre, jugando de local ante Perú y de visitante vs. Venezuela. Y además, sus cambios fueron mezquinos siempre, sin lectura de juego. Por todos estos motivos, el cambio de DT es absolutamente oportuno. Y ojo. Que se contrate un DT para tiempo completo, 100%, a full, metido y enfocado solo en la Selección Nacional.