El Gran Parque Central, hogar del Nacional uruguayo, y el monumento emplazado en el lugar donde se encontraba el extinto Estadio de los Pocitos fueron testigos de dos encuentros en los que distintas autoridades recordaron lo sucedido en 1930.
UNA HAZAÑA HISTÓRICA
Para Martín Corbo, fundador del Proyecto Jules Rimet, dedicado a rescatar la historia del primer Mundial FIFA de fútbol, el evento fue uno de los más importantes del siglo XX.
“Fue una hazaña histórica que Uruguay pudiera traer aquí, a este territorio, el Mundial”, puntualizó a Efe.
En 1930, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú, Estados Unidos, México, Bélgica, Francia, Rumanía y Yugoslavia fueron las selecciones que arribaron a la capital de Uruguay para disputar un torneo que duró 17 días y que coronó al local.
El 13 de julio, en el primer día de competencia, el combinado estadounidense goleó por 3-0 al belga y Francia se impuso por 4-1 a México en un juego en el que Lucient Laurent convirtió el primer gol de la historia mundialista, que fue recordado este lunes en el lugar donde se encontraba el Estadio de los Pocitos, hoy desaparecido.
Robert Carmona, ataviado con la equipación francesa en aquella ocasión y con un balón réplica de aquel de 1930, fue el protagonista de dicho homenaje junto a la escultura del medio arco que hoy recuerda aquel rincón.
Por su parte, el primero de esos encuentros fue rememorado en el Gran Parque Central, donde un exárbitro hizo un sorteo simbólico entre el embajador de Estados Unidos, Kenneth George, y el cónsul honorario de Bélgica, Gérard Cito, y tras el cual el norteamericano incluso se animó a convertir un tanto en una de las porterías.
FÚTBOL Y TURISMO
Estos lugares, al igual que tantos otros que tiene el país vinculados al fútbol, forman parte de una “fuerte identidad cultural que determina a los uruguayos”, dijo a Efe el ministro de Turismo de Uruguay, Germán Cardoso.
En concordancia con esto, explicó que el Museo del Fútbol, ubicado en el Estadio Centenario, es el lugar más visitado por turistas extranjeros que llegan a Montevideo.
“Cada extranjero que viene de diferentes regiones del mundo sin duda conoce a Uruguay por el fútbol, sabe y conoce la historia riquísima en materia de hazañas futbolísticas que tenemos y quiere ir al Estadio Centenario. Yo creo que allí es muy oportuno trabajar, generar un circuito que revalorice más aún la historia cultural de nuestro fútbol”, apuntó Cardoso.
En su misma línea, el intendente de Montevideo, Christian Di Candia, dijo que cada ciudad es “la historia de las emociones de la gente” y que las canchas de fútbol son “un templo de emociones” para los uruguayos.