Por Victor Hugo Bogarin - @diariokue
Hace 46 años, el Decano emprendía un viaje inolvidable rumbo a la Intercontinental. Frío, fe y coraje marcaron la gesta de Suecia.
Un 18 de noviembre de 1979, el Club Olimpia emprendía un viaje hacia la consagración mundial y escribía el epílogo de la primera página de gloria para el deporte paraguayo. Aquel trayecto no fue sencillo: el equipo debió sortear peripecias logísticas y deportivas para disputar el primer juego de la Copa Intercontinental ante el conjunto sueco del Malmö FF.
Pero antes de llegar a esa instancia, el Decano había logrado una verdadera hazaña: conquistar la Copa Libertadores de América. La línea del tiempo retrocede hasta el 27 de julio de ese mismo año. El rival era nada menos que Boca Juniors, bicampeón vigente del certamen. En Asunción, Olimpia se impuso por 2-0 con goles de Osvaldo Aquino y Miguel Ángel Piazza, ante un Defensores del Chaco rebosante. Una semana después, en la Bombonera, los dirigidos por Luis Alberto Cubilla sellaron la historia: se coronaban campeones de América, algo que hasta entonces solo habían conseguido clubes de Brasil, Argentina y Uruguay.
La alegría fue inmensa, pero el desafío apenas comenzaba. Como campeón sudamericano, Olimpia debía disputar la Copa Intercontinental ante el campeón europeo.
“Cuando logramos la copa ante Boca la emoción fue enorme. Con el ‘Negro’ Cubilla nos abrazamos, y él me dijo: ‘Presidente, ahora debemos ir por la mundial’”, recordaba años más tarde Osvaldo Domínguez Dibb.
El presidente franjeado se comunicó con el Nottingham Forest, campeón de Europa, pero el club inglés se negó a viajar a Sudamérica. “Querían jugar un solo partido en Europa, y me negué rotundamente”, relató Domínguez Dibb. Ante el desacuerdo, recurrió a la FIFA para mantener el formato de ida y vuelta. “Llamé a João Havelange —entonces presidente de la FIFA—, quien me sugirió hablar con el subcampeón, el Malmö de Suecia. Los contacté y acordamos los dos partidos: primero en Suecia, con ellos cubriendo pasajes y estadía, y luego nosotros haríamos lo mismo en Asunción.”
Así se concretó la gesta del viaje a tierras nórdicas. El encuentro se disputó bajo una temperatura de -14 °C, lo que obligó a adelantar el horario fijado originalmente para las 13:30. En medio del intenso frío, Olimpia se impuso por 1-0 con gol de Evaristo Isasi a los 40 minutos del primer tiempo.
El once titular de aquel partido histórico: Ever Hugo Almeida, Alicio Solalinde, Roberto Paredes, Flaminio Sosa, Miguel Ángel Piazza, Luis Torres, Rogelio Delgado y Carlos Kiese; Evaristo Isasi, Mauro Céspedes y Eduardo Ortíz.
Los “vikingos” intentaron revertir el marcador, pero se toparon con una defensa férrea y con un Ever Almeida imbatible. Aquel triunfo histórico en Suecia marcó el inicio de la gloria internacional del Rey de Copas. Fue el primer capítulo de una epopeya que culminaría meses después en Asunción, cuando Olimpia se consagraría campeón del mundo.