07 may. 2024

La cuarta deberá esperar, pero Olimpia cayó de pie

Olimpia no resistió en los 90 minutos y el Atlético Mineiro igualó la serie que luego la ganó apenas en una polémica definición por penales. Desde todo punto de vista, valorable campaña del Rey de Copas paraguayo.

Solo a través de los penales Olimpia perdió ante el Mineiro. Fotos: Última Hora y EFE

Por Nicolás Benítez. Tw: @NicoBen88. nicolas-benitez@d10.com.py

Olimpia no ganó la Copa, pero sí el respeto de todo un pueblo, de América y del mundo. Atlético Mineiro es el nuevo campeón de la Copa, por primera vez en su historia, y Ronaldinho se anota entre los jugadores que ganaron esta Libertadores y la Champions League. Pero nosotros vamos hablar de Olimpia, porque estos jugadores se lo merecen, porque estos jugadores cayeron de pie ante demasiada desigualdad, porque desde todos los pronósticos, el equipo brasileño era mejor.

Pero aún así, Mineiro solo fue campeón en una definición polémica, donde Víctor se adelantó para tapar el primer penal a Herminio Miranda. Olimpia de Paraguay dejó una imagen valorable al mundo entero, un día antes de su cumpleaños 111, porque este equipo, de manera sobrehumana, rozando la épica, resistió embates, resistió insultos, ofensas, bombas, de todo… los brasileños se encargaron de ganar la Copa tanto desde afuera como dentro de la cancha. Porque los paraguayos ni siquiera durmieron antes del partido e hicieron un esfuerzo enorme ante un rival superior desde los nombres, no así en el partido, ya que Olimpia no lo permitió. Y solo desde los penales perdió el partido, perdió la Copa.

Este Olimpia superó cada uno de esos obstáculos que decimos, se olvidó de sueldos, se olvidó de deudas, se olvidó de todo aquello de lo que siempre dolió al hincha. Aguantó todo y salió a la cancha, donde enamoró con las ganas, con la entrega y dejando el alma en cada partido, como este miércoles, donde nunca fue menos que un rival que tuvo la pelota pero le costó romper una defensa muy buena del Decano.

Este plantel está lleno de valores y se destaca hasta dónde llegó.

EL JUEGO. Y si vamos a analizar el juego, que por fin empezó luego de tanta hostilidad, después dos días enteros donde Olimpia sufrió y mucho en Brasil, donde el equipo paraguayo vivió una pesadilla cargada de insultos, y mucho estruendo, tenemos que decir que el primer tiempo el Decano lo trabajó bien. Porque fue inteligente, porque siempre estuvo bien parado atrás, esperando al Mineiro, con un Julio Manzur como su figura. Y como Almeida lo explicó, buscó las contras y hasta pudo liquidarlo, en dos ocasiones, con Ale Silva y Fredy Bareiro, pero Víctor estuvo bien.

En defensa, Julio Manzur hizo un gran trabajo en la primera etapa; pareciera que el alma de Nelson Zelaya hubiera entrado en él y que este campeón de América de aquel 2002 que hoy ya se ve lejano, esa gloria viviente de las tantas que tiene Olimpia, le indicaba los movimientos a este experimentado jugador al que muchos criticaron a su llegada.

Porque Manzur se hizo figura. Sí, este futbolista que en enero llegó a Olimpia a prueba, con la ayuda de Ricardo Tavarelli, gerente deportivo del club, y con seis meses sin jugar. Así fue aprobado por un visionario único como Éver Almeida y durante toda la Copa mostró grandes partidos. Este miércoles no fue la excepción. Porque el área fue suya, los 16,50 y el primer tiempo fueron de este atleta de 32 años que conoce el fútbol brasileño de su época en el Santos y no le costó tremenda presión.

Manzur cortó siempre a Jo, cortó a Bernard y no permitió que este haga lo que mostró especialmente contra Newells en la semifinal. Recorrió como un niño toda la zona defensiva, fue creciendo y se hizo figura. Con él también estuvieron Herminio Miranda y Salustiano Candia, que no decepcionaron. Por arriba o por abajo, siempre sacaron todo, apoyados también por Ricardo Mazacotte y Nelson Benítez. Hay que decir que Tardelli no fue el de la primera final, y cometió demasiados errores. Falló demasiado y no estuvo a la altura durante los primeros 45’.

De pie. La hinchada de Olimpia se hizo presente en Belo Horizonte, alentó a su equipo y, pese a la derrota, agradeció la entreganEn el medio, Eduardo Aranda estuvo muy bien, como en la primera final. Y los olimpistas de más edad habrán recordado en él lo que era Carlos Kiese, campeón de América con el Olimpia y la Selección Paraguaya en 1979, también campeón del mundo y de la Copa Interamericana. Porque hoy Aranda cortó toda pelota y nuevamente no permitió jugar a Ronaldinho, de muy bajo rendimiento gracias a la marca franjeada. Hoy, Aranda fue el Carlos Kiese que un hincha del fútbol de aquellos años, pese a su memoria gastada, describió a este joven periodista. En realidad, el trabajo de recuperación fue muy bueno en los dirigidos por Éver Hugo.

Y, si bien Olimpia esperaba, si bien Olimpia defendía, quedaba la sensación de un gol en cualquier momento. Porque solo hacían falta dos toques para llegar al arco contrario, ante una defensa demasiado abierta debido a que el equipo brasileño iba a atacar, y sus laterales apoyaban la ofensiva. Y tuvo una. Fredy Bareiro quedó frente a Víctor, por la izquierda, y sacó un remate no muy bueno, que el portero terminó por tapar y controlar. Era una clara que el hincha olimpista esperaba no lamentar más tarde.

Mineiro siguió apretando, pero no era claro. Dijimos y resaltamos el trabajo defensivo casi excelente del Olimpia. Y llegó otra llegada clarita del Decano. Porque Ale Silva quedó solo, pero su remate fue bien controlado por el golero atleticano. Y se fue la primera etapa, con un resultado demasiado cómodo para los paraguayos por esos momentos. De los 180 minutos globales, 135 de ellos Olimpia los ganó y bien. Quedaban 45 por aguantar…

Lo que no pudieron en 135’, lo consiguieron en el primer minuto de la complementaria. Sí, llegó el gol de Mineiro que puso en jaque a Olimpia. Jo, que en la primera etapa luchó mucho pero no supo controlar el balón por la presión de los defensores, se encontró con un balón pifiado por Wilson Pittoni y sacó el disparo potente y esquinado, que se convirtió en el 1-0 del partido, el 1-2 en el global. Un gol más llevaría al alargue.

Y ese tanto de Jo exaltó al equipo y a la torcida. El aliento que nunca se escuchó durante el primer tiempo, cayó del alma de 58.000 personas que estaban el Mineirao alentado a su equipo. Tremenda presión recibía Olimpia y había que aguantar. Bernard se dio cuenta el sector izquierdo de Olimpia era más vulnerable y se mandó por ahí. Y quebrantó mucho.

En la primera, el jugador pretendido por el Arsenal inglés sacó un centro para Tardelli, al segundo palo, y este metió al área chica donde apareció Rosinei pero su cabezazo no tuvo dirección de arco. Se salvaba el Decano.

Martín Silva volvió a realizar un gran trabajo en su arco. No le alcanzó.

Y aparecía la figura de Martín Silva, el Superman que tiene Olimpia, el arquero figura de la Copa y que salvó al Decano en innumerables oportunidades. De nuevo, tapó todo. Paró remate de quien salga, incluido un disparo sensacional de Ronaldinho que ya se veía adentró. Los brazos de Silva alcanzaron la pelota y en el rebote, Tardelli, aunque ya en posición adelantada, se perdió una increíble, debajo del arco, mandándola sobre el travesaño.

El Tanque Ferreyra, quien ingresó para los segundos 45’, tuvo el gol decano. El delantero tenía todo para el 1-1 en una contra donde quedó solo y Víctor, desesperado, salió para derribarlo, pero el argentino lo eludió. Era gol, era el cuarto título decano, pero un resbalón le quitó la posibilidad de sacar el grito de campeón.

Quedaban 5 minutos, eran una eternidad para todos los olimpistas. Y Manzur, ese que fue la figura y casi un Dios en la primera etapa, terminó realizando una falta cercana al área y vio la roja. Fue expulsado por Roldán y regaló un tiro libre al astro brasileño. Ronaldinho le pegó a la barrera… los minutos no corrían…

Siguió el Mineiro en ataque, llegó un centro de Bernard, desde esa izquierda débil y frágil de Olimpia, y Leonardo Silva, quien saltó más que todos, la clavó a un costado, empató el partido sobre 86’ y despertó el delirio de todos en el Mineirao. Porque empataron el partido y tenían uno más dentro de la cancha. Buscó hacer el gol antes de que terminen los 90’, pero no lo consiguió y el juego, la gran final de la Copa Libertadores, iba al alargue...

El Decano resistió el alargue con uno menos por la expulsión de Manzur.

Debido a la expulsión de Manzur, Jorge Báez debió sustituir a Salgueiro para reordenar la defensa. Y Mineiro fue al ataque en el primer tiempo del alargue. Con el hombre de más, comenzaba a verse el trabajo y las ideas de un Ronaldinho muy por debajo de su nivel hasta minutos antes.

Con centros por la derecha, los brasileños inquietaron una y otra vez. Réver tuvo un cabezazo que se estrelló en el travesaño y paró el corazón de muchísimos hinchas de Olimpia. Se notaba el hombre de más, se notó el miedo en los jugadores de Olimpia. A Éver Almeida no le gustaba nada lo que estaba pasando. Mineiro seguía atacando, y el cansancio ya era realidad en los jugadores franjeados. No sentían las piernas y los brasileños parecían recién comenzados a jugar. Olimpia resistió, aguantó igual, y corrían los minutos en lo que parecía en cualquier momento llegaba el tercer gol de los dirigidos por Cuca.

Volvío a aparecer Martín Silva, porque tapó un espectacular disparo de Josué que era gol… era gol de no ser por este arquero que ya deslumbró a todo un continente por el trabajo durante toda la Copa. Y si no decimos que el alma de Éver Almeida se adueñó del cuerpo de Silva, es porque esta estaba sufriendo en área técnica de Olimpia.

El segundo suplementario siguió siendo de sufrimiento constante. Tiros de esquinas, centros, pelotazos… de todas las maneras buscó el Mineiro y no consiguió el tercero. Olimpia hacía un esfuerzo extraordinario y hasta pudo llegar al gol con un tiro libre de Pittoni similar al de la final en Sajonia. Pero su remate pasó pegado al palo derecho de Víctor.

Silva volvió a taparle un remate a Jo. Sufrimiento, bravura, valor, actitud… el partido se definía en penales pero Olimpia ya era campeón, porque hizo todo lo que estuvo a su alcance.

Y en los penales, como lo decimos más arriba, Miranda se encargó del primer disparo pero Víctor se adelantó y atajó, pero el árbitro no repitió la acción. Posteriormente, Matías Giménez disparó al travesaño y dio la Copa al Mineiro.

Orgullo. Este equipo quedará en la memoria de los hinchas franjeados.

Reviví el minuto a minuto.

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