Hamilton ganó hace dos domingos, en Montmeló (Barcelona), el Gran Premio de España, donde mejoró la plusmarca de podios que compartía con Schumacher -elevándola a 156- con su cuarto triunfo en las seis primeras pruebas del campeonato de la pandemia. El octogésimo octavo de su carrera en F1, que lo sitúa a sólo tres de otra de las récords históricos del ‘Kaiser': el de victorias en la categoría reina.
Lewis lidera el certamen con 132 puntos, 37 más que el holandés Max Verstappen (Red Bull), que en la segunda prueba de Silverstone (Inglaterra) logró el único triunfo que no se anotaron este año las dominantes ‘flechas de plata’, de negro en repulsa al racismo. El finés Valtteri Bottas, colega de Hamilton y tercero en el certamen, a 43 puntos de su jefe de filas, ganó en el estreno de Austria.
El Mundial del covid-19 -ampliado, de momento, a 17 pruebas, después de que la FIA anunciase el martes el Gran Premio de Turquía, así como dos carreras en Bahrein y el tradicional cierre de Abu Dabi, el próximo 13 de diciembre- se reanudará, de nuevo con enormes medidas de seguridad sanitarias y a puerta cerrada, en el circuito más largo del campeonato, de poco más de siete kilómetros.
A la mítica pista de Spa-Francorchamps, donde este viernes arrancarán los entrenamientos libres -en seco se rodará con los neumáticos de compuestos C2 (duro, reconocido por la raya blanca), C3 (medio, raya amarilla) y C4 (blando, rojo)- está previsto que el domingo se den 44 vueltas, para completar un recorrido de 308 kilómetros. Eso, después de que el sábado se completen los ensayos, horas antes de la calificación que ordenará la parrilla de salida de la carrera dominical.
La del legendario circuito de las Árdenas será la primera de las tres carreras que se disputarán los próximos tres fines de semana. La siguiente será en otro monumento: Monza, el templo de la velocidad. Y, de nuevo en Italia, el segundo domingo de septiembre se disputará el debutante Gran Premio de la Toscana, en Mugello.
Ferrari, la escudería más laureada de la historia, que ocupa un discreto quinto lugar en el Mundial de constructores -que domina de forma férrea por séptimo año consecutivo Mercedes, con 221 puntos, 86 más que Red Bull-, firmaría con los ojos cerrados repetir el resultado del año pasado en las próximas dos carreras. El monegasco Charles Leclerc, cuarto en el certamen -a 87 puntos, ya muy lejos, de Hamilton- logró sus dos victorias en F1 en Spa, donde se estrenó; y en Monza.
El español Carlos Sainz (McLaren), que arrancó con un quinto puesto en el Gran Premio de Austria y repitió noveno en los de Estiria y Hungría, recuperó el buen camino al acabar sexto en Barcelona. Después de dos carreras desafortunadas en Silverstone, donde repitió decimotercer puesto, en el Gran Premio de Gran Bretaña y en el del 70 Aniversario de la creación de la Fórmula Uno.
El talentoso piloto madrileño, noveno en el Mundial, con 23 puntos -cuyo mejor resultado en Spa es un décimo, en 2017- espera que Barcelona haya sido un punto de inflexión en su temporada y confía en mantener “la energía positiva creada en España”, ya que el Mundial de constructores está “muy apretado”. Su escudería es cuarta, con 62 puntos, uno más que Ferrari y a uno de Racing Point, el del mexicano Sergio Pérez, tercero en el campeonato por equipos.
‘Checo’ -octavo en la general de pilotos, con 32 puntos-, que repitió sexto puesto en las dos primeras carreras, en el Red Bull Ring de Spielberg (Austria); y fue séptimo en el Hungaroring, también logró su mejor resultado de la temporada en España, al acabar quinto en Montmeló.
El bravo piloto tapatío logró su mejor plaza de la campaña tras reponerse del enorme contratiempo que le supusieron los positivos por coronavirus que le impidieron tomar la salida en las dos carreras de Silverstone, en las que lo sustituyó el alemán Nico Hülkenberg. El mexicano apuntará de nuevo al podio en una pista en la que ha sido tres veces quinto (2015, 2016 y 2018); y en la que acabó sexto el curso pasado.
Será difícil evitar este fin de semana el recuerdo del francés Anthoine Hubert, fallecido hace un año, a los 22, en la carrera de F2 disputada en Spa, en un brutal accidente a la salida de la mítica curva Eau Rouge en el que chocó con Juan Manuel Correa. El ecuatoriano-estadounidense lucha aún por superar sus graves heridas en las piernas, confiando en un retorno a las carreras.
“Anthoine era un joven de enorme talento que el destino nos arrebató demasiado pronto. Siempre lo recordaremos donde quiera que corramos; pero más aún en Spa”, explicó Sainz en referencia al piloto galo, del que también se acordó con tristeza Leclerc. Que festejó hace un año su primera victoria en F1 con brazalete negro, en duelo por el fallecimiento de su amigo, justo el día anterior.
“Allí perdimos el año pasado a nuestro amigo Anthoine”, comentó el piloto de Ferrari antes de desplazarse a Spa-Francorchamps. “Va a ser difícil retornar a ese circuito”, opinó Leclerc, que, al igual que Verstappen -asimismo de 22 años-, tiene la posibilidad de convertirse (aunque el monegasco lo tiene más complicado) en el campeón más joven de la historia de la F1. Siempre y cuando logren destronar al insaciable Hamilton.