19 abr. 2024

El mentiroso “Fair Play”

Por Pedro Lezcano.

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Foto: EFE

Twitter: @pedritolezkano

En un hecho insólito la selección de Japón se metió a octavos de final del Mundial de Rusia. Dos tarjetas amarillas menos que Senegal abrieron el debate sobre el tema.

Como bien es sabido, a la tercera fecha del Grupo H, Japón y Senegal llegaban con las chances intactas de lograr el pase a la siguiente ronda.

En campo, ante Polonia y Colombia respectivamente, los conjuntos señalados cayeron por la mínima diferencia. Coincidentemente, al término de la jornada las estadísticas enseñaban paridad total en puntos, diferencia de goles y partidos jugados entre ambos.

Tal situación desempolvó el reciente reglamento FIFA, que establece, que entonces, quien haya acumulado menos tarjetas amarillas desequilibrará la balanza.

Un hecho que se registra por primera vez en la historia y que para algunos, como quien suscribe, resulta demasiado premio en la práctica, teniendo en cuenta que, en la teoría, las amonestaciones no deberían estar sujetas a la subjetividad de los árbitros.

Técnicamente, en los tres partidos Senegal recibió 6 amarillas; en cambio, Japón recibió 4. A priori, todas por faltas leves. Sin embargo, en los mismos juegos se dieron otras acciones las cuales no fueron sancionadas con cartulina alguna. Resultado final: incierto; y a criterio particular: falso.

Por tanto, el “Juego Limpio” no tendría por qué otorgar semejante beneficio y la apreciación no responde a algún tipo de desaveniencia con Japón, puesto que podría haberle tocado a cualquiera.

Personalmente, estimo que hubiera sido peor para aquellos casos en que los equipos rivales cuenten con futbolistas desequilibrantes, jugadores que, por lo tanto, provocan mayores infracciones.

Tampoco es de considerar que el sorteo —la siguiente opción oficial en el caso de registrase empate hasta en la cantidad de amonestaciones— resulte la mejor opción de todas.

Tal vez antes del azar, aunque tampoco sea perfecto el algoritmo, la campaña clasificatoria al ecuménico podría resultar más justa. En este caso, Senegal viajó como tercero de África, Japón como segundo de Asia.

El debate sigue abierto, mas habría que encontrar un desenlace poco menos mentiroso.