29 nov. 2024

Cuando perder se hace costumbre

Hace un poco más de un año este servidor escribía sobre el apego a las ilusiones milagrosas de la querida Albirroja. Cuando eso, había ínfimas chances de clasificar a Rusia, y como ahora, tampoco existía un fútbol convincente; lógicamente, el milagro no ocurrió. Al igual que aquellos partidos de Eliminatorias, en el de ayer no se mostró absolutamente nada, única vara con que se puede medir el nivel que tiene la Selección Nacional de fútbol.

Supuestamente, esta sería la “Nueva Selección”, pero con la vieja costumbre de perder y no jugar a nada. Sin identidad en la cancha, sin identidad en el banquillo y sin identidad en la dirigencia.

En la APF, con responsabilidad absoluta del presidente Harrison, –como él lo admitiera tras quedar fuera del Mundial– se sigue improvisando, especulando con la elección de un entrenador decente. Cuanto más retrasa la nominación, más retrasa el cambio futbolístico.

En el fútbol actual, el global, en el profesional y serio existe mucha lógica, sobresalen solo aquellos que planifican en serio, no aquellos de labios para afuera. El no tener conducción se paga con el desprestigio, con la burla de los demás. Ahora mismo, la Albirroja es el hazmerreír de todos y, por sobre todo, estos jugadores actuales están acostumbrados a perder, y hay que decirlo: cuando queman las papas, mentalmente se destartalan.

Señores: El fútbol ya no es el que pisa la pelota y se da la vuelta para ver quién se muestra para pasarla. En el 2018 ya no solo es físico, sino es precisión, táctica, tecnológica y, por sobre todo, fortaleza mental, en la suma de todo eso es la actitud, que es irrenunciable.

Dicen los futboleros que siempre se aprende de un amistoso, pero yo diría que no. Ante un Japón de suplentes, se dejan los mismos vicios de unos jugadores que ya no son nuevos, hablo de la columna vertebral de esta Selección: Gustavo Gómez (29 partidos), Óscar Romero (36), Santander (16), Junior Alonso (18), este mismo grupo se está acostumbrando a perder. Deben acordarse de que ya no son juveniles, tienen un promedio, no son promesas. Son ellos los protagonistas. Al menos cuando el fútbol es insuficiente, debe haber actitud señores. La falta de liderazgo se siente en todos los niveles de este plantel, rehúyen al compromiso y eso es falta de convicción y lleva siempre al fracaso.

Otra nota triste de este amistoso fue la despedida de una gloria de la Albirroja como Justo Villar; para colmo, ni siquiera el presidente de la APF le entregó la plaqueta de reconocimiento a la vasta trayectoria que él posee. Triste, porque una figura tan grande como él merecía un poco más de respeto. Una pena por Villar, porque él no pertenece a esta generación de la Selección, pertenece a aquella Selección que nos enorgulleció a todos.

El 10 de octubre de 2017 fue el último partido de Paraguay en las Eliminatorias, derrota 0-1 ante Venezuela. Desde aquel instante tuvieron tiempo para buscar nuevo entrenador, pero no lo hicieron; se improvisó con Gustavo Morínigo, quien no deja absolutamente nada. Uno se pregunta...: a este ritmo, a qué irá la Albirroja a la Copa América de Brasil –dentro de un año–, a las Eliminatorias para Catar 2022. Dejemos que las respuestas lleguen con resultados y no con derrotas que se hacen costumbre.