Por Víctor Hugo Bogarín - @diariokue
Entre febrero y marzo de 1980, el conjunto franjeado disputaba una final más para consolidarse como el mejor del continente americano, disputándose con dos equipos diferentes el trofeo, algo insólito.
Desde su inicio en 1969 se disputaron 18 ediciones de la Copa Interamericana, llevándose a cabo la última en 1998. La trayectoria histórica del evento osciló entre divergentes formatos, organización logística e interés de los participantes, todo esto ligado a los diferentes momentos de colaboración entre las dos confederaciones.
Durante sus inicios representaba para los diversos clubes sudamericanos la oportunidad de ampliar su palmarés y hegemonía continental, punto de constante rivalidad entre las distintas instituciones; mientras que para los clubes de Norte, Centro y el Caribe, significaba el máximo galardón al que podían aspirar, incluso por encima del mismo certamen confederativo, por lo que ambas visiones mantenían elevado el interés y nivel de competitividad del evento.
No obstante, los problemas de calendario, la disparidad futbolística (especialmente respecto a centroamericanos y caribeños) y cuestiones de logística, hicieron rehuir la participación de algunos campeones sudamericanos, presentándose diversas cancelaciones y, en dos ocasiones, renuncias de los ganadores de la Libertadores a disputarla, jugándola los subcampeones.
En tanto del lado de Concacaf, el desfase en las fechas de disputa para su propio torneo, arrojaba en muchas ocasiones, un desacoplamiento igual de los tiempos para enfrentar al otro monarca continental, acrecentando las problemáticas para disputarlo. Sin embargo, lo anterior no representó ningún obstáculo para que las ediciones que si se llevaron a cabo, presentaran momentos relevantes para el desempeño e historia de los contendientes.
Olimpia vigente campeón de la Copa Libertadores, debía enfrentarse al campeón de Centroamérica, hubo errores también en esta edición correspondiente a 1979.
El Decano midió en la final al América de México, empató en el Azteca y en Asunción salió victorioso con el tanto convertido por Carlos Yaluk, tal fue la sorpresa que no era el cuadro de las "Águilas” el representante de CONCACAF, sino el Deportivo FAS Salvadoreño.
Así de nuevo se tuvo que “reprogramar” la final, el Decano esta vez cargó equipajes y fue a El Salvador, en ese país se estaba librando una cruel y sangrienta guerra civil.
El Franjeado debía de defender honores, y esta vez ante un equipo ordenado como el FAS.
Un 16 de febrero de 1980 era la cita continental, el Olimpia obtuvo un empate a 3 goles, de estar ganando cómodamente el encuentro cedió a la paridad, debido a la presión del entorno, ráfagas de metralleta en las afueras, tanquetas rondando las calles salvadoreñas, hacían de este juego un ambiente muy raro y peligroso a la vez.
Los jugadores y dirigentes volvieron con la fe de que en Asunción la historia iba a ser diferente, y así lo fue.
El 16 de marzo midieron fuerzas en un estadio de Los Defensores del Chaco repleto, unas 45.000 almas presenciaron el cotejo, en dónde la superioridad del Decano quedaba sellada, masacrando al FAS por 5 goles a 0.
El gran protagonista de aquella noche fue Miguel María Michelagnoli, quién marcó 3 de los 5 tantos.
¿DÓNDE ESTÁ EL TROFEO?
La organización dejaba mucho que desear, rivales diferentes, sede en una guerrilla peligrosa, que en Estos tiempos sería algo que no sucedería en una organización de ambas confederaciones; Conmebol y Concacaf.
También el América fue sancionado por “promocionar” un juego que no le correspondía.
La ceremonia previa en Asunción transcurrió sin mayores inconvenientes, Fueron entonados los himnos nacionales de ambos equipos, y el izamiento de la bandera paraguaya le daba un toque de buena presentación.
Pero el trofeo no fue entregado al campeón, porque el emisario encargado de traer el importante Galardón no lo trajo. Una falta total de respeto para el vigente campeón interamericano.
El Olimpia así coronaba un año espléndido para el fútbol paraguayo, logrando la triple corona internacional: Copa Libertadores, Intercontinental e Interamericano y dando la vuelta olímpica sin el preciado trofeo, “cosas del fútbol”.