La Selección Paraguaya Sub 23 venció este domingo 2-0 a Venezuela y cerró con un éxito rotundo su participación en el Preolímpico Sudamericano realizado en tierras caribeñas.
Había que esperar dos décadas exactamente para que un combinado paraguayo, en la categoría Sub 23, se plante en la cancha exhibiendo algunas de las virtudes que la afición nacional pedía a gritos a todas las generaciones: garra, orgullo y un fútbol que nos identifica.
En ese orden. Al final de cuentas esos tres elementos son los que constituyen la piedra angular de nuestros mayores logros deportivos a lo largo del tiempo. No somos de posesión.
Y, para ello, se debió recurrir a un hombre de 73 años, como Carlos Jara Saguier, quien con un pragmatismo sorprendente puso cada pieza en su lugar y volvió a protagonizar una gesta, con título del Preolímpico y clasificación a los Juegos Olímpicos, esta vez para París, Francia.
El Bambino, sin estridencias, conocedor hasta los tuétanos de la idiosincrasia paraguaya se convirtió en el artífice del éxito, tal como lo hizo hace 20 años con el boleto para las pujas deportivas de Atenas (Grecia), en donde el proceso tuvo su cenit con el logro de la Medalla de Plata, la única que ostenta nuestro país en la historia de las Olimpiadas.
La APF desempolvó la figura de Jara Saguier, al igual que la de Elvio Paolorosso, puesto como coordinador general de selecciones juveniles, como manotazo salvador tras reveses seguidos en casi todas las divisiones, con la misión de recuperar el ADN del fútbol paraguayo.
Y la apuesta floreció en cuestión de tres meses para darle el segundo título del Preolímpico a Paraguay, un trofeo conseguido por primera vez en 1992 con una camada que se convirtió en leyenda.
Con esa generación, Paraguay comenzó a inscribir su nombre en sucesivas citas mundialistas como las de Francia (98), Korea/Japón (2002), Alemania (2006) y Sudáfrica (2010). Ahora la afición se ilusiona que este grupo consiga tomar un camino paralelo, se consolide y logre reescribir la historia. Talento hay de sobra.