Ibrahimovic alcanzó el frente de la tabla de los máximos artilleros con dos goles en el San Paolo de Nápoles en un partido que, tras el momentáneo 1-2 del belga Dries Mertens, fue sentenciado en el 94 por el noruego Jens Petter Hauge.
Con Daniele Bonera en el banquillo, pues tanto el técnico Stefano Pioli como su segundo entrenador Giacomo Murelli dieron positivo por coronavirus en los últimos días, el Milan se adelantó en el minuto 21 gracias a una espectacular combinación entre el lateral izquierdo francés Theo Hernández e Ibrahimovic.
El exjugador del Real Madrid, incontenible por la banda izquierda, colgó un excelente centro que Ibrahimovic, tras aguantar la presión del senegalés Kalidou Koulibaly, envió de cabeza hacia el segundo poste para fulminar al portero italiano Alex Meret y dar ventaja al Milan.
Creció el Nápoles con el pasar de los minutos, pero el meta Gianluigi Donnarumma se mostró insuperable y fue de nuevo el cuadro milanista en marcar. En el 54, el croata Ante Rebic colgó otro centro que Ibrahimovic envió al fondo de las mallas para completar su doblete personal.
Se le complicó el duelo al Milan en el 63, cuando Mertens recortó distancias, pero la expulsión por doble amonestación al francés Tiemoue Bakayoko, centrocampista del Nápoles y exmilanista, frustró los intentos de remontada.
Sin embargo, en el 79 fue Ibrahimovic quien se tumbó al suelo con una mano en el muslo derecho. Fue obligado a pedir la sustitución y se sentó en el banquillo con hielo en sus músculos.
Su salida del campo asustó al Milan, que sin embargo logró llevarse la victoria y rubricarla con el 3-1 de Hauge en el tiempo añadido.
El equipo de Pioli dio una importante prueba de fuerza y superó al sorprendente Sassuolo, que había asaltado momentáneamente la segunda posición.