Diez miembros de la delegación de Venezuela que participará en la Copa América de fútbol, entre ellos cinco jugadores, dieron positivo en coronavirus en la primera la prueba clínica obligatoria a la que fueron sometidos al llegar a Brasil, informaren este sábado fuentes oficiales.
El secretario de Salud del Distrito Federal de Brasilia, Osnei Okumoto, confirmó este sábado a periodistas que los resultados del PCR-RT al que fueron sometidos los integrantes de la selección venezolana arrojaron un resultado positivo para diez personas, que fueron nuevamente evaluadas con el mismo test este sábado.
Antes del viaje, el centrocampista Tomás Rincón, del Torino italiano y uno de los jugadores más importantes del plantel vinotinto, presentó un “malestar físico”, con “probable cuadro viral”, aunque la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) no informó si se trataba de coronavirus.
Okumoto indicó que los diez infectados de la selección venezolana están “aislados” en una área separada del resto del equipo en el hotel que ocupan, casi de manera exclusiva, en Brasilia y un equipo de fiscales sanitarios ya adelanta desde la noche del viernes el rastreo sobre con quienes los contagiados tuvieron contacto.
Las pruebas fueron realizadas por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y el resultado entregado a los responsables de la delegación la noche del viernes en Brasilia, aunque Okumoto indicó que probablemente ellos se contagiaron en Venezuela antes de embarcar para Brasil.
Los nombres de los infectados no fueron divulgados, pero la Conmebol adelantó que a raíz de esa situación y de otras que se puedan presentar en el resto de equipos quedada derogada la cláusula de limitar a máximo cinco cambios en la lista de inscripción de jugadores, que queda ahora abierta y sin límite durante el torneo.
Venezuela y Brasil abrirán el domingo en el estadio Mané Garrincha de Brasilia, en partido por el Grupo B, la presente edición del torneo de selecciones más antiguo del mundo, que recaló en el gigante suramericanos después de Colombia, por problemas de orden público, y argentina, por la pandemia, desistir del mismo.
La aceptación de acoger el torneo por parte de Brasil desató una ola de críticas al Gobierno del presidente, Jair Bolsonaro, por recibir la competición en medio de una situación todavía no controlada de la pandemia de la covid-19, que en quince meses acumula casi 17,3 millones de casos confirmados y 485.000 muertes.