“A nivel de juego estoy más preparado que antes en estas superficies”, aseguró el español un día antes del inicio del torneo, el tercer Masters 1.000 que se disputará esta temporada en la que se han multiplicado las anulaciones a causa de la pandemia de coronavirus.
El español, que regresó a París tres semanas después de haber ganado su decimotercer Roland Garros, aseguró que en los torneos bajo techo sus rivales solían tener más ventaja, lo que le obligaba a estar al cien por ciento.
Algo difícil en el último Masters 1.000 de la temporada, donde solía llegar “con problemas físicos”, lo que reducía sus opciones.
“Esas dos cosas no eran buenas para tener opciones de éxito en esta superficie (...) Llegaba al límite de fuerzas”, insistió Nadal, que consideró que esta temporada viene con menos carga en sus piernas y con una evolución muy positiva en su tenis.
Nadal jugó en París la final en 2007, cuando fue derrotado por el argentino David Nalbandián y jugó las semifinales de 2009 y 2013. El año pasado se retiró por una lesión antes de disputar la semifinal.
El español confirmó que tras París disputará las Finales ATP de Londres, aunque negó que lo haga porque todavía no haya ganado esos dos torneos.
“Juego por que me apetece jugar y porque entiendo que he jugado poco este año y creo que mi evolución ha sido positiva. He terminado el año tras Roland Garros jugando bien y tengo la ilusión de seguir jugando. Con el equipo decidimos que era el calendario adecuado para el presente y el futuro”, dijo.
Nadal recordó que antes de afrontar el próximo Abierto de Australia tendrá que guardar 14 días de cuarentena en aquel país, lo que dificultará hacer torneos previos.
El español confirmó haber tenido buenas sensaciones en los primeros entrenamientos efectuados bajo el techo del pabellón situado en el barrio de Bercy.
Nadal indicó que este torneo nada tiene que ver con Roland Garros salvo que se disputa en la misma ciudad y que este año, por el retraso del Grand Slam a causa de la pandemia, tendrán un clima similar.
“Es otro torneo, otra superficie, no hay nada igual, solo que estamos en la misma ciudad, pero la vida es diferente a la hora de encarar el torneo. Estamos en París, una de las ciudades más bonitas del mundo, aunque no la podemos disfrutar, pero podemos jugar al tenis, que en los tiempos que corren es una gran suerte”, señaló.