El delantero argentino de Cerro Porteño, Diego Churín, fue uno de los grandes protagonistas del superclásico 307 y vital en la obtención de la novena victoria seguida del Ciclón que le permite sacar 7 puntos de diferencia sobre Olimpia.
Churín, que arrastraba una racha negativa sin poder convertir penales frente a Alfredo Aguilar, volvía a malograr un remate sobre los 25 minutos de la primera fracción. Tras la acción, el golero franjeado fue a encarar al delantero que no cayó en la provocación.
Sin embargo, en el segundo tiempo, Churín tuvo su revancha sobre los 65’ cuando se quedó con un balón regalado por Iván Torres y sacando un poderoso disparo venció las manos de Alfredo Aguilar.
En su festejo, el argentino se sacó la espina, llevó el balón hasta el medio del arco, puso sobre la raya de gol y se sentó sobre él.