Por Victor Hugo Bogarin @diariokue
En el mes de abril de 1972, en el entonces estadio de Sportivo Luqueño (hoy Feliciano Cáceres), Ever Hugo Almeida debutaba oficialmente en el fútbol paraguayo. Aquella tarde, Guaraní cayó por 1-0 ante el conjunto luqueño, con gol del volante Nelson León Villalba a los 16 minutos del primer tiempo. Ese fue el primer tanto que recibió Almeida en nuestro fútbol.
Más allá del resultado, ese partido marcó el inicio de una carrera que dejaría una huella profunda en la historia del deporte nacional. Las sólidas actuaciones de Almeida a lo largo de esa temporada le valieron su traspaso a Olimpia al año siguiente, club en el que se transformaría en referente absoluto y donde alcanzaría la gloria nacional e internacional.
En total, Almeida disputó más de 400 partidos en el fútbol paraguayo. Más allá de las cifras, su legado se sostiene en su liderazgo, disciplina y capacidad para transmitir seguridad desde el arco. Con el paso de los años, su figura trascendió lo deportivo para convertirse en símbolo de carácter y constancia.
Hoy, a 53 años de aquel debut, el recuerdo permanece intacto. La historia comenzó en Luque, pero se extendió a todo un país que aprendió a admirarlo y respetarlo.