Desde que venció el pasado 25 de agosto al Tottenham las ‘urracas’ no habían sido capaces de sumar los tres puntos. Los empates ante el colista, el Watford, y el Brighton fueron las mejores noticias para el equipo de Steve Bruce que salió malparado de los compromisos contra el Liverpool y, especialmente, frente el Leicester el pasado fin de semana (5-0).
Pero dio la sensación de estar el Manchester United, que transita por la Premier en la mitad baja de la tabla, con tres derrotas y otros tantos empates en los ocho compromisos que ha jugado.
No levanta cabeza el conjunto de Ole Gunnar Solskjaer, que acumula este revés en Newcastle a los sufridos recientemente en el campo del West Ham y en Old Trafford contra el Arsenal (1-1).
Pretendió el Manchester United reconducir su situación en St. Jemes pero nada le salió como quería. No fructificó en ningún caso el dominio que pareció ejercer. Nadie aprovechó las ocasiones claras para batir a Martin Dubravka mientras los locales amenazaban el área de De Gea.
El drama red fue real en el tramo final. A veinte minutos del cierre, cuando una buena jugada del holandés Jetro Willems encontró desmarcado a Matthew Longstaff que, desde la media luna superó, por raso, al meta español del United.
Solskjaer, que previamente, a la hora de juego, ya había realizado dos de sus cambios con la entrada de Marcos Rojo por Dogo Dalot y la de Mason Greenwood por Juan Mata, recurrió a la desesperada al holandés Tahith Chong que sustituyó a Ashley Young. Nada funcionó al United, que encajó un nuevo revés para quedar a cinco puntos ahora de los puestos europeos que marca el Chelsea y a quince del liderato que presume el Liverpool.