El público presenció un acontecimiento insólito. Saltaban al terreno de juego veintidós chicas equipadas con atuendos deportivos; eran jugadoras de fútbol. Hacían su presentación en sociedad.
Sí, aparecía el primer equipo de fútbol de campo femenino del Paraguay. Este grupo de chicas fue conformado por un visionario, don Julio González Herrero, por aquel entonces dirigente de la entidad decana.
Una tarde fresca de invierno en el mes de julio del año 1980, la cita era en el Bosque de Para Uno. Olimpia enfrentaba a Guaraní en el campeonato paraguayo, pero antes ocurría un hecho histórico y que cambiaría el destino para el fútbol.
El señor González Herrero fue un destacado dirigente de la entidad franjeada de finales de los años 60 y mediados de los 70, quien también fue partícipe de la creación de la primera escuela de fútbol del Paraguay, la del Club Olimpia en 1972. Durante su administración al frente de la recién creada escuela, surgieron figuras que después se consagrarían en el equipo de mayores, como Rogelio Wilfrido Delgado.
ENY. Una de las destacadas de aquel primer equipo femenino de bellas olimpistas fue Eny Benítez, que ya practicaba en el club otras disciplinas como el básquet, pero siempre fue atraída hacia el deporte de varones, como lo fue siempre el fútbol.
Luego de aquel juego, antes del inicio de los varones, la entidad recibió un telegrama al día siguiente por parte del Consejo Nacional de Deportes, que intimaba al entonces presidente de la institución, don Osvaldo Domínguez Dibb, sobre el hecho ocurrido y que les recordaba que la práctica del deporte solo era exclusividad de varones y no por el sexo opuesto.