Libertad debutó este jueves con un buen triunfo en la Copa Sudamericana ante el Palestino de Chile para empezar a liderar el Grupo F, al que llegó de la Libertadores tras no poder superar la fase 3 del certamen internacional.
El elenco paraguayo necesitó dos hombres de recambio y dos minutos para fulminar en el complemento a los visitantes cuando estos ya se encontraban en inferioridad numérica. Su próximo rival será Newell’s, el jueves, en Rosario.
EL PARTIDO. Daniel Garnero se presentó en Tuyucuá sin jugadores capitales a los que guardó para la visita al campo de Nacional en donde buscará mantener la punta del torneo local. Entre las ausencias resaltaron las del delantero Óscar Cardozo, el mediocampista Daniel Bocanegra y el central argentino Alexander Barboza.
De igual forma, el Guma tomó la iniciativa del compromiso y creó las ocasiones más importantes ante un rival técnico, con buenos toques, pero al que le costó profundizar sus intenciones.
Antonio Bareiro, al minuto del encuentro, ya puso a trabajar al portero Cristopher Toselli. Después, Adrián Martínez, Ramón Martínez y Sebastián Ferreira dispararon hacia la portería de Palestino, pero sin suerte.
En contrapartida, el elenco transandino soportó bien las avalanchas de los locales y también puso en jaque la paridad con Bryan Carrasco, que perdió el duelo personal con Martín Silva.
En el complemento, Libertad siguió al mando del juego y vio mejores perspectivas a los 54 minutos cuando el visitante perdió a Agustín Farías. El volante central dejó el campo por doble amarilla en una acción injusta ya que fue a disputar lícitamente el balón con Pedro Delvalle.
Contrariamente, el equipo de Garnero perdió consistencia y bajó su nivel por un buen lapso. El entrenador debió renovar energías con Rodrigo Bogarín y Alfio Oviedo, quienes en dos minutos, con un gol cada uno, fulminaron a Palestino (71 y 73 m).
Los tantos fueron un mazazo a la moral de Palestino. Libertad, por su parte, no se contentó y fue en la búsqueda de una tercera conquista. Acarició un par de veces, pero el palo y la mala puntería de los hombres de avanzada impidieron el tercer cachetazo.