La de los Diablos Rojos fue una suerte de Primavera futbolística que fue más allá de lo que dura una estación. Duró 20 años.
La última conquista fue un 27 de julio. Treinta y cinco años después, el trono y el palmarés histórico del torneo nacido en 1960 siguen siendo del club argentino.
Siete títulos de Copa Libertadores, como siete son los días que faltan para la final entre Flamengo y River Plate de la sexagésima edición, este 23 de noviembre en Lima.
Figuras como Mario Rodríguez, Raúl Savoy y Luis Suárez contribuyeron a la conquista del primer título del Rojo en la final contra el Nacional de Montevideo en el Estado La Doble Visera de Avellaneda. Fue un 12 de agosto de 1964.
La segunda conquista se dio en el Estadio Nacional de Santiago de Chile. Y llegó un año después de la mano del técnico Manuel Giúdice un 15 de abril.
El desenlace resultó para los argentinos más fácil de lo esperado, con una paliza por 4-1 y los goles repartidos entre Raúl Bernao, Osvaldo Mura y Roque Avallay.
La tercera vuelta olímpica llegó el 24 de mayo de 1972 y fue a expensas del Universitario de Deportes peruano.
Miguel Santoro, Miguel Ángel López, Ricardo Pavoni, Ricardo Bochini, Rubén Galván, José Omar Pastoriza, Eduardo Maglioni y Ricardo Ruíz Moreno, fueron las figuras de aquel equipo campeón.
En 1973 la víctima en la final fue el Colo Colo chileno, un 6 de junio. El equipo del tetracampeonato era dirigido por Humberto Maschio.
De nuevo ‘la banda’ de Ricardo ‘el Bocha’ Bochini tocó hasta levantar el trofeo de la Libertadores con la incorporación de un nuevo artista, Daniel Bertoni.
En los dos años siguientes, 1974 y 1975, se sumaron el guardameta Carlos Alfredo Gay y el centrocampista Alejandro Semenewicz, y con estos refuerzos se hizo más fácil la obtención de los títulos sexto y séptimo.
Tuvo que pasar casi una década para que los Diablos Rojos de Avellaneda pusieran el más alto listón en la historia del torneo.
La séptima vuelta olímpica se produjo el 27 de julio de 1984, 20 años después de la primera conquista.
La Doble Visera de Avellaneda sirvió de escenario para la hazaña que fue presenciada por 60.000 espectadores.