31 mar. 2025

Recuperación plena

Muchas son las claves que podemos citar en este repunte albirrojo en las Eliminatorias que no termina de sorprendernos y alegrarnos.

Selección Paraguaya

La imagen que compartió la cuenta de la Selección Paraguaya tras la victoria contra Chile.

Foto: Gentileza - Albirroja

La rica savia que le ha infiltrado el increíble Gustavo Alfaro es generosa en cantidad y calidad que rápidamente le ha cambiado la cara a la Selección Nacional devolviendo la sonrisa y la alegría a todo un país, algo que solo es capaz de dar el fútbol.

Desde aquel primer partido que Alfaro tomó la rienda, el 6 de setiembre del 2024, igualando sin goles ante Uruguay en el Centenario recuperamos muchas de las virtudes futbolísticas que nos caracterizaban en los tiempos gloriosos en que Paraguay asistió a cuatro mundiales seguidos.

Hay un antes y un después a la presencia de Alfaro, el pilar fundamental para este renacer futbolístico.

Asimismo volvemos a disfrutar de un técnico como Alfaro que no solo es buen estratega, sino carismático, similar a algunos de sus antecesores como Cayetano Ré, Carpeggiani, Markarián y Tata Martino, quienes, cada uno en su época, hicieron historia en la Selección Nacional.

RESPETO. La Albirroja ha recuperado el respeto de los rivales que saben que tendrán en Paraguay un rival muy difícil, de local o visitante, una consolidación que parecía imposible en gran parte de estas Eliminatorias y en las anteriores. Un equipo fuerte que ante Chile se dio el lujo de perder a dos valores muy importantes como los Gómez, Gustavo y Diego, sin que casi se sintieran esas ausencias.

VÍA AÉREA. Hemos recuperado la memoria de cómo ganar en el juego aéreo como antes y que esta Selección lo había perdido casi por completo. Vuelve el centro, cabeza, gol y a festejar a convertirse en arma fundamental para sacar puntos de oro.

Volvemos a disfrutar de zagueros que no solo defienden (y que lo hacen muy bien) sino que también ganan partidos. Por segunda vez Omar Alderete le da con su gol el triunfo a la Selección (el anterior fue ante Argentina) haciéndonos recordar a monstruos como Gamarra y Ayala, Da Silva y Alcaraz, por ejemplo, quienes eran barreras infranqueables que de vez en cuando salvaban la plata visitando el área rival cuando las papas quemaban.

Hemos recuperado la confianza en la Selección Nacional porque estábamos seguros que a Chile se le ganaba. Quedaba la duda sobre la respuesta del equipo tras casi cuatro meses de pausa de las Eliminatorias. Pero la confianza siempre estuvo.

BASTIÓN. Ya no vienen a llevarse los puntos tan fácilmente de Asunción. Paraguay ha recuperado todos sus poderes y virtudes, y el Defensores del Chaco vuelve a ser respetado por todos, aún cuando el equipo no brilla como ocurrió ante los trasandinos, pero que ganó dejando todo en la cancha y apelando a sus cualidades más históricas como el cabezazo, ya que si bien el gol de Alderete fue de pierna zurda, antes hubo doble cabezazo en el área chilena.

Y, quizá, lo más importante que hemos ganado, nuevamente, es que volvimos a creer. Recuperamos el sueño de volver a un Mundial porque incluso eso lo habíamos perdido y ese sueño tiene bases fuertes que lo sostienen hoy en día los jugadores y el técnico y que tiende a volverse una realidad.

El camino al Mundial tras 16 años, con cuatro citas ecuménicas ausentes, está cada vez más allanado.

LAS CUATRO PATAS. La afición deportiva confía plenamente en la Selección, algo utópico hasta antes del partido con Uruguay en Montevideo. Los hinchas volvieron a acompañar en y desde el Carde de Ypané con su jolgorio habitual y su onda positiva; el paso del colectivo de la delegación volvió a ser acompañado por la prensa con escoltas y vitoreados en su trayecto al estadio como lo era otrora. Una sana costumbre que se había borrado en las últimas Eliminatorias y que la vimos revivir en la previa al partido vs. Chile como en los mejores momentos de la Selección como lo fueron principalmente la época que abarcan las Eliminatorias de Francia 98 hasta Sudáfrica 2010.

Las cuatro patas de la mesa que se necesitan firmes están bien sostenidas hoy en día con la convivencia plena entre: Jugadores - DT, hinchas, dirigentes y prensa. Y Alfaro tiene mucho que ver en todo esto. Su actitud paternal con los jugadores y amistosa con hinchas y periodistas permiten una relación ideal, para generar un ambiente pacífico, armónico y de total apoyo, muy necesarios para el éxito de un operativo como el de las Eliminatorias. Recuperamos las ganas de ir a la cancha a ver a la Albirroja y así se demostró una vez más ante Chile.

EL ORGULLO. Volvió el orgullo de ponernos la camiseta albirroja, algo que llegó a perderse por la impotencia de no clasificar a cuatro mundiales seguidos. El camino al Mundial tras 16 años, con cuatro citas ausentes, está cada vez más cerca. Hoy en día la afición deportiva confía plenamente, en lo que era algo casi utópico hasta antes del partido con Uruguay en Montevideo, en setiembre pasado.

Zona privilegiada

Quinto en la tabla de posiciones con 20 puntos, en zona directa de clasificación al Mundial 2026, la Albirroja respira tranquila y por ahora no se moverá de la privilegiada posición, ya que seis países van directo al torneo ecuménico y el séptimo disputa un repechaje. Sobran solamente cinco fechas para el final (15 puntos en juego); dos combos luego del partido de este martes.

En la última Eliminatoria para Catar 2022, el quinto ubicado (Perú) clasificó con 24 puntos para el repechaje ante Australia detrás de los cuatro que viajaron al Mundial. En esta, los seis primeros clasifican directamente, por lo que las posibilidades están latentes.

Individualidades

El equipo ha levantado su nivel futbolístico con Alfaro y como el fútbol es contagio el buen rendimiento colectivo levantó el individual. Gol es sinónimo de éxito y Tonny Sanabria en ese sentido es el estandarte con cuatro tantos.

En el medio se elogia la función de marca de Cubas, pequeño en físico, pero grande en despliegue y talento para la recuperación, con aliados que juegan y que meten. Atrás está un Alderete descomunal defendiendo y atacando, un verdadero perro bulldog al acecho, secundado por compañeros de zaga que dejan todo. Y el Gatito Fernández de la Selección es una fiera; seguro, sacando pelotas difíciles para ser clave en el triunfo ante la Roja ratificando jerarquía.

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Y eso que no se ganó todavía nada, o sea, la clasificación al Mundial 2026; pero sí se obtuvo algo absolutamente fundamental para los jugadores, para los hinchas: La recuperación de la autoestima y, por ende, de la confianza en un equipo.