Joshua, “el mitã’i” –como le decían en el kartódromo cuando apenas iniciaba su carrera–, demostró que tiene carácter, buena muñeca y mucho futuro. Descolló en su primera temporada dentro de la F2 con victorias en Bakú y Abu Dabi; además metió podio en circuitos tan míticos como Imola y Monza.
Su nombre se escuchó en todo el circo de la Fórmula 1, con lo que eso implica para las proyecciones del joven piloto nacional de solo 21 años. Que la F2 comparta carreras con la F1 da esa linda posibilidad de codearse con los mejores y más poderosos del automovilismo mundial. Ahí Joshua levantó la voz, la bandera paraguaya e hizo sonar nuestro Himno Nacional.
Hadjar, Bortoleto, Antonelli, Doohan y Bearman son apellidos que capaz no suenen para el público paraguayo. Son pilotos que este año Joshua venció en la F2 y el próximo año estarán en la F1. Inclusive el argentino Colapinto, que también estuvo entre la F2 y F1, fue vencido por nuestro compatriota.
Talento de sobra, actitudes y aptitudes también; faltará el apoyo económico y que en el 2025 Joshua dé mayores golpes en la F2 para que Paraguay tenga a su primer piloto de Fórmula 1.