Mauro Boselli charló este martes largo y tendido con el panel de Fútbol a lo Grande por radio Monumental 1080 AM en donde hizo referencias al pasado inmediato, al presente y los desafíos de Cerro Porteño.
El argentino recordó con dolor el tanto que se le anuló de forma injusta frente a Fluminense, a instancias del VAR, que cobró posición adelantada en una jugada insólita. Aseguró que él sentía que no estaba en offside, pero se dejó convencer pensando que no podían fallar teniendo a disposición tanta tecnología.
“El problema vino cuando entramos al vestuario y nos damos cuenta que el error fue garrafal y que el gol era totalmente válido. Ahí viene la depresión, la frustración, de saber que convertiste un gol válido y que no te han convalidado”, refirió.
A días del desquite, que fue postergado por duelo, el goleador azulgrana va a paso paso y se mentaliza en el juego contra el Kelito para luego poner la cabeza al conjunto carioca y en la vuelta de los octavos de final del certamen internacional.
“El campeonato recién está empezando, es importante el próximo partido del día viernes contra River poder conseguir los tres puntos para prendernos en el lote de arriba y pelear el campeonato, y una vez que pase este partido poner la cabeza en la serie de Libertadores”, señaló.
MUCHA FE. Más allá de la diferencia de 2-0 padecida en La Nueva Olla, la figura del Ciclón no tira la toalla y piensa en plantar pelea en el Maracaná de Río de Janeiro. “Estamos muy mentalizados y muy metidos en que podemos conseguir”, anticipó.
Por último, Boselli destacó a Francisco Chiqui Arce, a quien le dedicó su último gol como muestra de cariño. El entrenador azulgrana viene soportando días muy difíciles tras la muerte de su hijo en un accidente de tránsito y que condujo al aplazamiento del partido contra el Flu.
“Es una situación que no se le desea a nadie. Habla también de lo que es como persona, él es un tipazo y por eso tuvo tanta muestra de cariño, no solamente del fútbol paraguayo sino del fútbol mundial”, sentenció.