Hoy, a sus 42 años y totalmente alejado de las canchas, el exdelantero azulgrana se emociona al recordar los superclásicos que disputó: “Siempre es emocionante acordarse del clásico porque en esa época hicimos historia con todos los compañeros porque gran parte de los clásicos siempre ganábamos”.
“La mayoría de nosotros, que jugábamos esos clásicos, surgimos de las Inferiores y ya sentíamos desde las Inferiores jugar los clásicos, entrar a la cancha y por sobre todas las cosas siempre querer ganar. Creo que esa es la gran diferencia con la actualidad”, valoró.
Ávalos insistió en que, en ese entonces, fue clave encarar esos encuentros frente al tradicional rival con futbolistas nacidos en la cantera del club, ya que desde siempre sintieron y defendieron los colores con el deseo ineludible de querer ganar: “La mayoría que estábamos en la cancha surgimos de las Inferiores de Cerro y a los 14 o15 años ya sabíamos lo que era jugar un clásico”.
El ERWIN HINCHA. A pesar de su cerrismo, Erwin confesó que solo sigue al Ciclón por la pantalla: “Hace mucho que no me voy a la cancha. Siempre veo por la tele”.
“Siempre le sigo a Cerro desde casa, mirando por la tele con amigos. Siempre se sufre mirando los partidos. La verdad es que estoy muy confiando en que se pueda conseguir una victoria este fin de semana”, adelantó.
Además señaló que lo sufre más como un aficionado más “porque uno, cuando está dentro del campo de juego, no sufre tanto. Vos podés hacer alguna cosa dentro del campo de juego, pero como hincha se sufre más”.
GOLES Y RECUERDOS. Defendiendo los colores del club de sus amores, Erwin Ávalos festejó cinco tantos contra el rival de siempre, y en gran parte, fueron para dejar los tres puntos.
Para él, el gol más hermoso que le hizo a Olimpia fue en el 1-0, por la 6ª fecha del Torneo Apertura 2006: “El que más me gustó fue el sombrerito que le hice a Caffa”. En aquél 5 de marzo de 2006, un pase largo de Domingo Salcedo lo dejó en buena posición para romper el cero a los 10’. El entonces “9” de Cerro Porteño definió por encima de un desesperado Germán Caffa, a la entrada del área grande para hacer delirar la afición azulgrana en el estadio Defensores del Chaco.
Ahora le queda el recuerdo de lo vivido. “Y la verdad es que se extraña. Jugar un clásico no tiene nombre. Antes te ibas al súper, o caminabas por las calles antes de un superclásico y la gente te alentaba, te apoyaba, te pedía que se gane. Eso es lindo: sentir ese cariño de la gente. Se extraña”, manifestó.
“Llegar a jugar un clásico es algo único. Ahora nos sentamos después de los partiditos a hablar. Preguntan los amigos qué se siente jugar un clásico, qué se siente entrar a la cancha y eso es lindo: contar anécdotas a los amigos. Es bastante emocionante”, destacó.
A OLIMPIA, DIFÍCIL. Pasar al máximo rival es algo que no cae bien en los hinchas, pero ocurre. De hecho que varios compañeros que tuvo en filas azulgranas también defendieron los otros colores.
Consultado si hubiera aceptado una propuesta para ser franjeado, respondió: “Nunca surgió esa posibilidad. Iba a ser difícil cambiar de camiseta. Me identifiqué bastante con el club así que iba a ser difícil”.
El domingo, a las 17:30, ya no desde el césped, sino apoyando desde donde sea como un hincha más, Ávalos aguardará ansioso por un triunfo azulgrana que mantenga al equipo en la lucha por el título del Torneo Clausura 2025.