En un partido destinado a convertirse en un duelo entre Harry Kane y el polaco Robert Lewandowsi, “quizá los dos mejores delanteros centro del mundo en estos momentos”, como aseguró el director ejecutivo del Bayern, Karl-Heinz Rummenige, el protagonismo recayó, al menos de inicio, en los porteros Hugo Lloris y Manuel Neuer.
El guardameta francés del Tottenham evitó a los dos minutos un gol del conjunto alemán con una sensacional parada a un remate de Serge Gnabry y cuatro minutos después fue el cancerbero del Bayern el que evitó que se abriera el marcador con una fantástica parada al surcoreano Heung-Min Son.
Una acción que pareció activar definitivamente al siempre punzante jugador asiático, que acaparó en los siguientes minutos todo el protagonismo ofensivo en el equipo inglés.
Son rozó de nuevo el gol a los nueve minutos tras un pase filtrado del francés Tanguy Ndombele que el surcoreano culminó con un remate, cuando su compañero Harry Kane aguardaba solo en el área el balón.
No falló Heung-Min Son en su siguiente oportunidad, a pase de Moussa Sissoko, y firmó a los doce minutos el 1-0 pese a la oposición de Manuel Neuer, que llegó a tocar el balón.
Pero si algo ha tenido históricamente el Bayern de Múnich es carácter y en un arranque de orgullo puso tres minutos después la igualada con un espectacular disparo de Joshua Kimmich desde fuera del área.
Dos goles que no aplacaron la ambición de locales y visitantes, que siguieron buscando con ahínco la portería rival, en especial el Tottenham, que firmó ante los bávaros sus mejores minutos hasta el momento del curso.
Un fútbol vibrante y vertical que arrinconó por momentos a un Bayern de Múnich que tuvo que encomendarse al guardameta Manuel Neuer para frenar las constantes acometidas de los de argentino Mauricio Pochettino.
Sin embargo, al Tottenham le faltó acierto ante el gol, ya que ni Harry Kane, que vio cómo David Alaba sacaba su remate sobre la misma línea de gol tras superar a Neuer en su desesperada salida, ni Ndombele, que se estrelló de nuevo con el guardameta alemán, acertaron a marcar.
Todo lo contrario que el polaco Robert Lewandowski, que no desaprovechó la primera oportunidad de que dispuso para poner al Bayern por delante en el marcador (1-2) con un gol en el último minuto del primer tiempo.
Un tanto en el que el delantero polaco demostró que no sólo es un voraz rematador, tras arrancar con un excelente control de espuela una jugada que él mismo se encargó de culminar con un no menos sobresaliente remate a la media vuelta desde el borde del área.
Marcador que no rebajó la vocación ofensiva del Bayern, que se adueñó por completo del encuentro en el arranque de la segunda mitad, en la que irrumpió imponente la figura de Serge Gnabry.
El atacante alemán, que había pasado inadvertido desde su remate inicial, se reivindicó como el digno sucesor del francés Frack Ribery en la banda izquierda del conjunto bávaro, con dos goles casi consecutivos (m.53 y 55), en los que Gnabry evidenció toda su velocidad y precisión en el remate
Pero no se rindió el Tottenham, que soñó con la remontada tras acortar distancias a los 61 minutos con un gol de penalti (2-4) de Harry Kane, que tuvo que ejecutar una pena máxima perfecta para superar la estirada de Manuel Neuer.
Un sueño con el que se encargó de acabar Serge Gnabry, que se sumó dos nuevos tantos a su cuenta goleadora particular en los últimos siete minutos de juego, en los que el Bayern demostró su descomunal pegada ante un Tottenham roto por completo.