El número uno mundial ha realizado ya dos sesiones en la pista central Manolo Santana en compañía únicamente de su hermano Mirko y del tenista malagueño Carlos Gómez-Herrera.
Djokovic dispone ahora mismo de todo el club para él, aunque no puede hacer uso de los vestuarios, como marca la normativa, y simplemente se limita a pisar la arcilla para pelotear.
Se trata de unas instalaciones enclavadas en un hotel de cinco estrellas gran lujo y que acogieron en febrero de 2018 la eliminatoria de Copa Davis entre España y el Reino Unido, entre otras competiciones.
El director del establecimiento, Alberto Muñoz, ha señalado este martes a Efe que Djokovic es una persona “muy cercana y sencilla” y que se le puede ver entrenar desde el exterior, ya que la pista está abierta.
También ha destacado que el serbio es “un modelo de cumplimiento de las medidas sanitarias”, ya que siempre “mantiene la distancia de seguridad” con los pocos colaboradores que le acompañan.
Muñoz ha explicado que durante la pandemia han estado realizando un exhaustivo mantenimiento de la pista de tenis, lo que ha permitido a Djokovic “poder entrenar rápidamente”.
El club, con más de veinticinco años de historia, espera poder abrir sus instalaciones al público “en un par de semanas” y, mientras tanto, disfruta de la presencia del número uno mundial, que está pasando el confinamiento en Marbella.