La eliminatoria se definirá dentro de siete días en la cancha del Tricolor de Morumbí.
El conjunto de Río de Janeiro hizo todo bien, al son de Luiz Henrique y el venezolano Jefferson Savarino, menos lo fundamental: marcar.
En cambio, São Paulo, haciendo muy poco, se marcha al partido de vuelta con un valioso botín después de un ejercicio de absoluta resistencia comandado por Sabino y el ecuatoriano Robert Arboleda.
Aunque este primer asalto solo tuvo un amo y señor: el Botafogo. El conjunto dirigido por el portugués Artur Jorge anuló a un São Paulo que solo se dedicó a achicar agua.
Aplicó una presión asfixiante y encerró a su rival de principio a fin. Dejó claras sus intenciones desde el primer minuto con una media tijera de Savarino, que más tarde estrellaría un disparo al palo desde el pico del área.
También se hizo notar Luiz Henrique por la banda derecha, convertida en una autopista sin peaje para él y para el lateral Vitinho.
Enfrente, al cuadro dirigido por el argentino Luis Zubeldía se le hizo larguísimo el campo y el cronómetro. Casi no pasó del centro del campo.
Jonathan Calleri era una isla en mitad del océano del Nilton Santos. Lucas Moura se las tuvo con el césped sintético del feudo carioca. Solo William Gomes se atrevió a lanzar alguna carrera a la espalda de la zaga.
Botafogo percutió y se estrelló dos veces con la madera. Primero fue Savarino y en la siguiente jugada la mala fortuna abrazó a Luiz Henrique, aunque el árbitro ya había anulado la jugada.
Marlon Freitas también rozó el gol con otro disparo próximo al arco de Rafael, que perdió todo el tiempo posible cada vez que le tocó sacar para enfado monumental de la afición botafoguense.
Los visitantes capearon mejor el temporal en la segunda mitad porque al Botafogo, que defiende el liderato en la Liga brasileña, le empezó a hacer mella el cansancio. Los pases ya no eran tan precisos, ni Luiz Henrique estaba tan fino.
Pese a todo, el Nilton Santos siguió inclinado a favor de los locales hasta que en el último cuarto de hora el partido se rompió.
No fue hasta el minuto 75 que São Paulo gozó de su primera gran oportunidad en un centro del uruguayo Michel Araújo que Calleri envió de forma inexplicable por encima del arco.
Los nervios prevalecieron en la recta final para fortuna de un São Paulo, todo un tricampeón de la Libertadores, que tiene en su mano volver a unas semifinales.
Para empezar, Botafogo ya no podrá contar con Bastos, uno de sus centrales titulares y quien se perderá la vuelta por acumulación de tarjetas.