Este equilibrista que viste de rojo y habita en Old Trafford se caracteriza por ser capaz de lo mejor y de lo peor, y por siempre aceptar mucho peor las derrotas que las victorias.
Ole Gunnar Solskjaer lucha con todas sus fuerzas por ser el líder de un proyecto que cuando más se adentra en el mar más claro parece que se hundirá, pero que siempre tiene un salvavidas a mano para cuando todo pinta feo.
Su último golpe encajado fue la eliminación en la Liga de Campeones, a manos de un RB Leipzig que jugueteó con ellos y los aprisionó injertándoles un 3-0 que cerca estuvieron de levantar.
De eso se ha caracterizado este equipo, que cuando es goleado por el Tottenham o cae en casa contra el peor Arsenal en décadas, es capaz de ganar en el Parque de los Príncipes al PSG o meterle un 5-0 en la ida al Leipzig.
No hay término medio en la acera roja de Mánchester. Es como si los hermanos Gallagher, fans acérrimos del Manchester City, hubieran cambiado de colores y sus estados de ánimo fueran los que llevan las riendas de un conjunto al que sus malas decisiones han llevado hasta donde está.
Sin posibilidades de presentarse como candidato a la Premier League y desterrado a una Europa League que supondrá más viajes, más carga de trabajo y peor calendario.
Dentro del terreno de juego pasa algo similar, todo son luces ensombrecidas. Jugadores excepcionales como Bruno Fernandes, David de Gea, Marcus Rashford o Anthony Martial se diluyen cuando el colectivo no funciona.
Las apuestas, como Harry Maguire, Victor Lindelof, Aaron Wan Bissaka o Fred salen rana y el United se convierte en un equipo con un potencial arriba tremendo, pero con una debilidad tremenda atrás.
A más de dos meses vista de lo que ocurra con la Real Sociedad, es complicado discernir el escenario en el que se moverán por entonces los ‘Diablos Rojos’, porque el interés por Mauricio Pochettino es más que interés desde hace semanas y en algún momento la montaña de naipes de Solskjaer fallará.
Y cuando el United, uno de los clubes más ricos del mundo, se resquebraje del todo, las consecuencias en el mundo del fútbol resonarán con fuerza.