Tras recibir dos goles en el primer cuarto de hora, firmados por el búlgaro Andrei Galabinov y Riccardo Saponara, Roma logró remontar hasta el 2-2 y tuvo una serie de grandes ocasiones para firmar el tercer tanto, pero el español Borja Mayoral tuvo un mal día en la delantera y las perdonó.
En particular, falló en los últimos minutos una enorme ocasión en un mano a mano con el portero rival y envió a los dos equipos a la prórroga en el Olímpico romano.
Allí, Roma se suicidó al ver dos tarjetas rojas en menos de un minuto, primero con Gianluca Mancini y luego con el guardameta español Pau López, que abrieron el camino para que el Spezia se llevara la clasificación.
Un cabezazo de Daniele Verde, exromanista, y una gran vaselina de Saponara le entregaron al equipo de Vincenzo Italiano el pase a los cuartos, en los que se verán las caras con el Nápoles.
Y es que, además, el Roma cometió una enorme ingenuidad en la gestión de los cambios. El portugués Paulo Fonseca realizó hasta seis sustituciones, pese a que solo hubiera cinco permitidas, por lo que incluso en caso de remontada su equipo caería eliminado por sanción.