Maradona dejó la clínica en horas de la tarde en una ambulancia que fue escoltada por efectivos policiales.
El exseleccionador argentino fue trasladado a una vivienda ubicada en la provincia de Buenos Aires en la que será supervisado por profesionales de la salud y familiares.
El neurocirujano Leopoldo Luque, su médico de cabecera y quien lo operó, dijo esta tarde minutos antes de que abandonara la clínica que el entrenador de 60 años “tiene el alta firmada”.
“Lo más importante en este momento, más allá de la supervisión médica, es contar con la presencia de la familia de manera permanente, con los hijos, que están completamente de acuerdo con lo que estamos planteando, acompañando permanentemente a su papá y con muchas ganas de salir adelante”, dijo Luque este martes.
El abogado y agente de Maradona, Matías Morla, aseguró esta mañana que su representado y amigo “pasó el momento tal vez más duro de su vida” y que “fue un milagro que se haya detectado ese derrame en su cabeza que le pudo haber quitado la vida”.
“Lo bueno es que Diego está entero, está firme, hay Maradona para rato. Lo que hace falta ahora es una unión de la familia y estar rodeado de profesionales de la salud. Y con los médicos y la familia va a estar Diego como tiene que estar, que Diego tiene que estar feliz y le tenemos que devolver entre todos el cariño y la felicidad que nos dio”, destacó.
Según agregó, en la casa adonde va a ser trasladado el actual entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata, habrá un listado en la puerta con todas las personas y parientes autorizados para visitarlo.
Maradona fue ingresado el lunes de la semana pasada por anemia, deshidratación y con un “bajón anímico”, pero al hacerle chequeos se le diagnosticó un hematoma subdural y al día siguiente fue operado.
Luego, el técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata tuvo “algunos episodios de confusión” que los médicos “asociaron” a “un cuadro de abstinencia”.