La estadía en Cusco y su adaptación deportiva le resultan cómodas, sostuvo, teniendo a un compatriota en el mismo equipo.
“Vivo en el mismo edificio con Miguel Paniagua. Trabajamos de lunes a viernes a full juntos, los fines de semana solemos tomar tereré y en ocasiones preparamos el asadito”.
Eduardo Aranda recordó una anécdota. “Los permisos regían de 06:00 a 18:00, y eran las 19:00, estábamos entrenando con música y nos cayó la policía, concentrados en los ejercicios ni cuenta nos dimos del horario”, comentó.
En lo económico el club cumple con regularidad con todo el plantel y afirmó también que todo está encaminado para que en breve inicien los trabajos de entrenamiento en el club.