El partido de Sinner ante Ruud fue simplemente perfecto. Demostró que está a un nivel por encima del resto. Otra vez. Y Ruud fue una simple víctima que nada pudo hacer para evitar que el italiano ganase ante su gente, mantuviera el pleno para jugar su segunda final de la Copa de Maestros, la misma que en la que el año pasado perdió ante el serbio Djokovic, tras solo una hora y 9 minutos de breve contienda.
No estará este año ‘Nole’ y el cartel de favorito en Turín es del pelirrojo nacido en San Cándido. Con el nivel que mostró ante Ruud hay pocos tenistas capaces de pararle. Quizá solo el español Carlos Alcaraz, que no pudo probar este año en este torneo comprometido por un constipado que le dejó fuera antes de lo previsto.
Porque el abanico de Sinner es muy vasto. Ya no es la cantidad de golpes que es capaz de ejecutar, sino la velocidad y precisión con la que lo hace. Tuvo a Ruud, uno de los mejores en este torneo, de los más sólidos, a su más absoluta merced.
Le destripó en un primer set dantesco. Rompió en el primer saque del noruego. Y en apenas 11 minutos mandaba 3-0 en el marcador. Cerró el set en apenas media hora. Mucho espectáculo, pero breve para los asistentes por el desnivel, provocado por el virtuosismo del italiano.
Lo intentó Ruud de todas las maneras, pero no encontró recurso para dar un golpe de autoridad. Ni con dos bolas de ‘break’ puso mínimamente nervioso al número 1 de la temporada, inquebrantable. Se repuso, mantuvo el saque y rompió después.
En el segundo set, que empezó tras un visto y no visto, le volvió a pasar algo parecido. Ruud se puso 30-0 en le saque de Sinner. Pero no hubo problema. Saque directo, derecha cruzada y desventaja neutralizada. De nuevo el empate en el marcador. De nuevo Ruud con la mirada perdida, sin saber muy bien qué era lo que podía hacer.
Menos cuando, con empate a 2 en el marcador, Sinner volvió a arrasar para ponerse 40-15 con saque de Ruud. Dos bolas de ‘break’ que Ruud salvó. Eso sí, una derecha a la red cuando lo tenía ya ganado le sacó de nuevo del partido. Y Sinner acabó completando la rotura para poner el 3-2. No falló con su saque y confirmó el ‘break’ con el que encarriló el partido.
Sinner no tuvo piedad. Volvió romper con una derecha cruzada espectacular y puso de pie al Inalpi Arena, que, aunque hubiera preferido ver algo más de partido, le venera. Por la vía rápida cerró su pase a la gran final. La segunda consecutiva para el mejor tenista del momento. Sobre el papel no tiene rival. Y, a este nivel, menos.
Fritz, al que a batió en la final del Abierto de Estados Unidos, es su último escollo para ser oficialmente ‘Maestro’. Título que, este año, parece inevitable. EFE