El exdelantero del Barcelona, Milá y PSG, nacido el 21 de marzo de 1980 en Porto Alegre, cumple además este sábado quince días de prisión preventiva junto con su hermano y asesor de negocios, Roberto Assis Moreira, en la Agrupación Especializada, una sede de la Policía Nacional que funciona como cárcel y que alberga a 195 reclusos.
Sin embargo, las condiciones de ese recinto, que aloja a policías con causas pendientes, narcotraficantes y políticos acusados de corrupción, no se parecen en nada a la colindante cárcel de Tacumbú, la principal del país y actualmente sin plazas debido al hacinamiento y a la superpoblación carcelaria.
De hecho, la sede policial es un solar de 14 hectáreas donde los reclusos pueden matar el tiempo practicando deportes a cielo abierto como fútbol de campo, voley o hacer caminatas en un recorrido de pista.
En el caso de Ronaldinho, su preferencia es el fútbol sala, que practica en el patio del pabellón donde está junto a su hermano y otros 25 reclusos, con derecho a tres horas diarias, dijo hoy a Efe el director del centro, Blas Vera.
Vera señaló que Ronaldinho estaba muy entusiasmado con los partidos de las ligas europeas, y siguió por televisión la histórica clasificación a los cuartos de final de la Champios League del Atlético de Madrid tras ganar por 2-3 al último campeón Liverpool, en Anfield.
Sin embargo, esa fuente de ocio se detuvo con el parón mundial de las competiciones de fútbol a causa de la expansión del coronavirus.
Esta situación también ha afectado el sistema de seguridad de la prisión policial, donde tras el muro de entrada se ha instalado una mesa en la que dos personas miden la temperatura y proveen gel a todas las personas que ingresan al predio.
Y se ha traducido en la limitación de las visitas, una sola por interno, que en el caso de Ronaldinho ahora se ciñe a la de sus abogados.
De todas formas, no ha trascendido que el exastro haya recibido visitas de familiares, si bien fue visitado antes de la cuarentena por el coronavirus por exinternacionales del fútbol paraguayo como Carlos Gamarra y Nelson Cuevas.
El jefe policial, que lo visita a diario como a los otros internos, destacó que Ronaldinho “en ningún momento se quejó (de su situación) en la cárcel.
“Siempre dice que está bien, que no le falta nada, que está muy a gusto, y que los demás le tratan muy bien, sin inconvenientes”, explicó.
Los dos hermanos tampoco son reacios a la alimentación del penal como el al tradicional desayuno diario paraguayo del “cocido” (infusión de yerba mate) con leche y galleta, como se mencionó en algunos medios.
“Se crearon muchas historias, ocurre que en los primeros días a un interno se da un trato de acercamiento con alguien que lo va a cuidar durante su estadía y primer día le preguntaron si iba a desayunar y él dijo que no”, resaltó Vera.
Agregó que por una cuestión de gusto y como brasileños que son “toman mucho café", de cuya preparación se ocupan ellos mismos, ya que cuentan con “comodidades básicas, heladera y televisor”.
Ronaldinho y su hermano ingresaron el 4 de marzo en el aeropuerto de Asunción, en medio de un mediático recibimiento, con el objetivo de apoyar la presentación de un programa social a niños y niñas de Paraguay.
Ambos salieron de su país con documentos brasileños, pero en el aeropuerto de Asunción exhibieron pasaportes paraguayos “auténticos pero de contenido falso”, según el Ministerio Público, que investiga la existencia de una red dedicada a ese delito.
Los hermanos, que argumentaron que esos documentos le fueron regalados, están imputados por uso de documentos públicos de contenido falso, con una expectativa de pena de cinco años de cárcel.
Hasta el momento hay más de una decena de imputados por el caso, que salpica a funcionarios del Departamento de Identificaciones, que expide pasaportes y documentos, a la Dirección de Migraciones y a la autoridad del aeropuerto internacional de Asunción.
Entre las personas imputadas está la empresaria Dalia López, que presidía la fundación benéfica que llevó a Ronaldinho a Paraguay y actualmente prófuga y declarada en rebeldía.