La diferencia fue evidente. Previsible. Estonia se había ganado jugarse la eliminatoria final por la Eurocopa por su actuación en la Liga de Naciones. No por su fase de clasificación, con un solo punto en ocho choques, al fondo de su grupo, con 19 partidos seguidos (20 con el de este jueves) sin un solo triunfo en las previas de la Eurocopa. Perdió 17 de esos duelos.
El decimoctavo fue en Varsovia. Soportó 22 minutos el asedio de Polonia, insistente desde el primer minuto, hasta que Frankowski aprovechó un pase a su desmarque y un error impropio de este nivel de su marcador, que no se enteró de nada. El balón le quedó en una inmejorable posición para remachar con el exterior el gol del 1-0.
Más allá de la media hora, aún con el resultado mínimo, además con inferioridad numérica de Estonia por la expulsión por doble amarilla de Paskotsi, Polonia lo tenía todo a favor. El bloque visitante tan solo habia dado 22 pases cuando el cronómetro marcaba el minuto 37. No parecía capaz de rebatir la victoria parcial local, que fue ya indiscutible después.
La sentencia fue al comienzo de la segunda parte, cuando Zielinski remató de cabeza el 2-0 a centro de Zalewski para consolidar el triunfo y la clasificación para la final. Después, Jakub Piotrowski soltó el derechazo del 3-0 en el minuto 70. El 4-0, en el 74, fue en propia puerta de Mets. El 5-0, en el 76, de Sebastian Szymanski. De repente, instantes después, Vetkal logró el 5-1. No marcó Lewandowski, que disputó el encuentro entero.
Aún queda un último obstáculo para la Eurocopa: Gales. El próximo martes. El ganador quedará encuadrado en el grupo D, junto a Francia, Austria y Países Bajos. EFE