La final de la Libertadores, este sábado entre el Palmeiras y el Santos, será como otra de las tantas batallas que ya afrontó este extremo, que debutó como profesional siete años atrás en el pequeño club Remo, de la ciudad amazónica de Belém.
Pero su fútbol comenzó a brillar con fuerza en 2018, cuando fue fichado por el Athletico Paranaense.
El que hoy en día es uno de los principales goleadores del Palmeiras nació hace 25 años en Magalhaes Barata, un empobrecido municipio en el amazónico estado de Pará, cuya capital es Belém, región donde creció con carencias y pasó hambre.
Abandonado desde temprana edad por su padre y luego por su madre, Rony y sus cuatro hermanos se criaron en el campo con su abuela, quien falleció cuando aún eran niños y tuvieron que ingeniárselas para subsistir al lado de su abuelo.
Rony lo ayudaba a pelar la mandioca que sembraba en el terreno donde se levantaba la estrecha casa de barro de Vila Quadro.
Sin juguetes y ni siquiera un buen par de zapatos, lo que desde el comienzo no faltó a Rony fue una bola para patear.
Las habilidades frente a la portería contraria se vislumbraron desde pequeño pero solo hasta los 17 años consiguió vincularse al Remo.
En Belém, la capital de Pará, para sobrevivir Rony trabajó como obrero, mensajero en moto y auxiliar de mecánica, oficios que solo abandonó en 2014 cuando se estrenó como profesional en ese club.
Tras ser bicampeón paraense, Rony fue fichado por el Cruzeiro y luego cedido al Náutico, donde llamó la atención del fútbol japonés tras marcar 11 goles en el Campeonato Brasileño de la Segunda División.
Con el Albirex Niigata jugó durante un año y regresó a Brasil en 2018 para jugar en el Botafogo, una realidad que nunca se cumplió por líos en la negociación de los nipones con el club carioca.
La situación llevó a que el extremo casi firmara con el Corinthians, pero fue el Athletico Paranaense su próxima estación y donde empezó a brillar con fuerza.
Entre 2018 y 2019 jugó 73 partidos, marcó 13 goles y ganó tres copas: Sudamericana, Copa do Brasil y Copa de la J.Ligue-Conmebol.
El desempeño del ‘Rústico’ llamó la atención del Palmeiras, que no dudó en invertir más de 26 millones de reales (unos 4,8 millones de dólares) para ficharlo por cuatro años. No obstante, Rony no tuvo un buen arranque.
Incluso fue motivo de burla durante meses por sus continuos errores en la cancha, atribuidos, en parte, a las decisiones del entonces técnico, el exseleccionador brasileño Vanderley Luxemburgo.
Todo cambió para el extremo hace unos tres meses con la llegada del entrenador portugués Abel Ferreira. Entonces ganó protagonismo con su velocidad, una de sus más preciadas destrezas.
Desde entonces, Rony pasó de agachar la cabeza a erguirse con orgullo en cada encuentro.