Esta será la primera vez en la historia del más antiguo torneo de clubes del mundo, que se juega desde 1960, que los dos mayores equipos de Argentina jugarán la final.
Boca Juniors igualó 2-2 este miércoles en los pagos del Palmeiras y dejó la serie de semifinales con un marcador global de 4-2 a su favor dado el triunfo por 2-0 de la ida en la Bombonera.
Será la undécima final de la Libertadores que dispute el conjunto xeneize, seis veces campeón del certamen y dirigido desde el 2016 por Guillermo Barros Schelotto.
Ramón ‘Wanchope’ Ábila y Darío Benedetto anotaron los tantos de Boca, mientras que Luan y el paraguayo Gustavo Gómez, de penalti, convirtieron los de Palmeiras, que tras el empate necesitaba anotar tres goles más para ser finalista e ir a la disputa del trofeo que no consigue desde 1999 cuando también lo dirigía Luiz Felipe Scolari.
River Plate cumplió el martes lo que había anunciado su entrenador, Marcelo Gallardo, al afirmar que el equipo argentino iba a Brasil “a conseguir una hazaña” a expensas del campeón de la Libertadores en 2017, Gremio.
Y vaya que lo fue. A los 35 minutos Leonardo Gomes anotó el 1-0 para el conjuto de Porto Alegre, que así se confirmaba en la final ya que había ganado por idéntico marcador el duelo de ida en Buenos Aires.
El campeón quiso administrar la ventaja pero River no perdió la fe y a los 81 minutos empató con gol del colombiano Rafael Santos Borré, quien metido entre los espigados defensas definió con un fino golpe de cabeza.
El gol le dio alas al conjunto argentino y a los 89 minutos Ignacio Scocco remató de media volea dentro del área. Aparentemente era tiro de esquina para River porque el balón dio en un zaguero brasileño. Esta jugada cambió el rumbo del partido.
El árbitro, el uruguayo Andrés Cunha, fue a revisarla apoyado en el videoarbitraje (VAR) y tras verla varias veces en cámara lenta se devolvió y decretó penalti a favor de River por mano de Bressan, que fue expulsado y abandonó la cancha desencajado por la bronca.
Luego de nueve minutos de interrupción, con un ambiente tenso sobre el césped y en las tribunas, Gonzalo ‘Pity’ Martínez cobró la pena máxima con una jerarquía indiscutible para darle a River la victoria por 1-2 y la clasificación.
Tras el pitido final y bajo un aguacero, los jugadores de River festejaron largamente, como lo hizo en uno de los palcos del estadio Arena do Gremio su entrenador, Marcelo Gallardo, que estaba suspendido por la Conmebol.
Minutos más tarde gracias a un vídeo aparecido en las redes sociales en el que se ve a Gallardo salir del vestuario de River antes de empezar el segundo tiempo, algo que no podía hacer por la sanción, Gremio decidió acudir a la Conmebol para pedir que le quiten los puntos al equipo argentino.
Así lo anunció este miércoles el director jurídico del equipo brasileño, Néstor Hein, quien dijo al canal argentino TNT que Gallardo “fue muy tramposo” porque en el intermedio del partido “ingresó al vestuario de River y dio instrucciones a los jugadores”.
El pasado lunes, la Conmebol suspendió a Gallardo y multó a River con 1.500 dólares debido al ingreso tardío del equipo para el segundo tiempo del duelo de ida ante Gremio. “Me tomé el atrevimiento de bajar en el entretiempo y hablar con los jugadores porque creía que lo necesitaban y creía que yo también lo necesitaba. Tal vez incumplí una regla de tener que entrar al vestuario, que era lo que no estaba permitido, pero la reconozco y la asimilo y la asumo, pero era lo que yo sentía que tenía que hacer y no me arrepiento para nada”, dijo Gallardo ante los medios.
El artículo 56 del reglamento disciplinario de la Copa Libertadores establece como motivo para reclamar los puntos de un partido si se demuestra que ha habido un “incidente grave” que haya tenido “incidencia en el resultado”.
Aunque la Conmebol desestime la protesta que hará Gremio, Gallardo se expone a una dura sanción. Mientras la Conmebol anuncia su determinación al respecto, y con River y Boca finalistas, la Seguridad de Buenos Aires pedirá cambiar la fecha del partido de vuelta de la final, programada por la Conmebol para el 28 de noviembre próximo en el estadio Monumental.
La petición se hará porque dos días antes se iniciará la Cumbre del G20, que tendrá lugar a pocos kilómetros del estadio y requiere un importante operativo de seguridad. “Vamos a pedir postergar el partido de vuelta en cancha de River. Ese día estaremos abocados al G20", dijo a la prensa Guillermo Madero, director de seguridad en espectáculos futbolísticos.
El funcionario aseguró, además, que no ve “posibilidades” de que ese partido se juegue con público visitante por temor a enfrentamientos entre los hinchas. La ida entre Boca y River se jugará el miércoles 7 de noviembre en la Bombonera.