Paraguay fue superior de principio a fin y lo tradujo en el resultado. En la primera etapa llegó rápido el tanto de apertura a través de Jonathan Fabbro, que se encontró con el balón dentro del área y no tuvo más que empujarla al fondo del arco.
En la complementaria se concretó la goleada. Roque Santa Cruz puso el 2-0 en un momento clave con un cabezazo. Cerca del final se vinieron los últimos dos, primero mediante los pies de Richard Ortiz y luego con otro cabezazo, esta vez del juvenil Gustavo Gómez de Libertad, para devolver a las gradas ese dulce sabor que hace tiempo no saboreaba.
Un triunfo valioso, con muchos jóvenes que hacen sus primeras armas y son el futuro de la Selección Paraguaya.