La Libertadores comenzará la próxima semana con la disputa de los partidos de la Fase 1, mientras que la primera ronda de la Sudamericana se pondrá en marcha en la segunda quincena de marzo.
Las delegaciones, compuestas por un máximo de 55 personas, “deberán viajar únicamente en vuelos chárters en concepto de burbuja sanitaria”, señala el manual de procedimientos difundido este miércoles por el organismo.
El objetivo es que la comitiva no comparta la aeronave con otras delegaciones ni con personas ajenas a la misma y el número máximo de miembros fue acotado a 55 personas en función a la cantidad máxima de personas “recomendadas por cada sector en un partido de fútbol”.
Otras restricciones que continúan se refieren a la prohibición para oficiales y jugadores de escupir y sonarse la nariz en el campo de juego, además de besar el balón antes, durante y después de cada encuentro.
Asimismo, contempla cuatro escenarios posibles, desde el más flexible desde el punto de vista sanitario para un partido “sin condiciones particulares” hasta la alternativa de mudar a otro país (neutral) como ha ocurrido en la pasada Sudamericana.
El protocolo, que también regirá para la Recopa, reservada a final de temporada para los campeones de la Libertadores y la Sudamericana, prevé los cuidados que hay observar en los viajes, hoteles, entrenamientos y en los estadios.
Y acuerda un instructivo especial para reuniones oficiales de coordinación, movimiento de los tríos arbitrales y estrategias para el funcionamiento seguro del equipo de asistencia arbitral (VAR).
El incumplimiento de las medidas sanitarias por parte del jugador u oficial de la delegación conlleva la imposición de multas no menor a 15.000 dólares en la primera infracción y desde 30.000 dólares en caso de una segunda.
“Teniendo como premisa que la salud es lo más importante y nuestro bien más preciado, es que durante todo este período (la Conmebol) ha hecho de la prevención su mayor aliada”, afirmó el organismo en un comunicado.
La pandemia de coronavirus paralizó el fútbol sudamericano en marzo de 20020 y siete meses después, a mediados de septiembre, la Conmebol reactivó sus competiciones sin público, en medio de unas estrictas medidas sanitarias aprobadas por los gobiernos de los diez países asociados.
“El desafío era grande y muchos los obstáculos, pero teníamos dos certezas que nos alentaban: el fútbol, el deporte, son palancas fundamentales para levantar el ánimo y el espíritu de individuos y sociedades”, resaltó la entidad.