En el plan de la DFL se contempla eliminar el contingente de entradas para seguidores de los equipos visitantes, la eliminación de los puestos para ver de pie los partidos y la prohibición de vender alcohol.
Además, las entradas deberían ser personalizadas para hacer posible el rastreo de personas en caso de que se detecten contagios.
“La prioridad en Alemania no es ahora llenar estadios,a sino la situación de salud pública”, dijo el director gerente de la DFL, Christian Seifert.
“Actualmente el coronavirus sigue teniendo un papel importante”, agregó.
La Bundesliga se reinicia en la segunda mitad de septiembre y la decisión final acerca de si un número limitado de espectadores puede volver a los estadios la deben tomar los responsables políticos.
Recientemente el primer ministro de Baviera, Markus Söder, se mostró escéptico debido al aumento de los nuevos contagios que se ha observado en los últimos días lo que, según el político conservador, “hace difícil pensar en partidos con 25.000 espectadores”.
La organización “Unsere Kurve”, que agrupa diversos clubes de ultras, también se ha mostrado escéptica con la posibilidad de que el público pueda regresar a los estadios.
“Pese al anhelo de volver a los estadios hay que recordar que vivimos en medio de una pandemia y la sensatez debe darle prioridad a la protección de la salud”, dijo Jost Peter, miembro de la cúpula de Unsere Kurve, en declaraciones a medios berlineses.
“Si los contagios suben, y la consecuencia es que no podemos ir a los estadios, es algo que tenemos que aceptar”, agregó.
La situación actual y las advertencias de los epidemiólogos sobre un posible recrudecimiento de la pandemia hace que no se descarte que toda la temporada tenga que jugarse a puerta cerrada.