Tanto Mauricio Pochettino como Arsene Wenger habían hecho hincapié en la previa en la importancia de llevarse hoy los tres puntos, no sólo por la conocida rivalidad entre ‘Spurs’ y ‘Gunners’, sino también porque el perdedor se complicaría su presencia en la máxima competición continental el curso que viene.
Ante 83.222 espectadores, récord de asistencia en la Premier League, el Tottenham se acabó llevando un triunfo tan sufrido como merecido y se colocó temporalmente tercero en la tabla, con 52 puntos, a cuatro del Manchester United (juega esta jornada en campo del Newcastle) y uno por encima del Liverpool, que se enfrenta mañana a domicilio con el Southampton.
El Arsenal, por su parte, mantiene su nefasta forma fuera el Emirates Stadium y es sexto en la clasificación, con 45 puntos, y con un partido más que el Chelsea, que acumula 50 unidades y juega el lunes en casa contra el West Bromwich.
Por tercera semana consecutiva, Pochettino no alteró su once inicial, el mismo con el que derrotó al Manchester United (2-0) y sacó un empate ‘in extremis’ ante el Liverpool (2-2), y, pese a haber recuperado al central Alderweireld -titular entre semana en la FA Cup-, mantuvo el 4-2-3-1.
Davinson y Vertonghen como pareja de centrales, Trippier y Davies de laterales de largo recorrido, Dier de volante defensivo, Démbélé con libertad para generar juego, y una línea de tres mediapuntas, con Son en la izquierda buscando las cosquillas a Bellerín, y Alli y Eriksen por detrás de Kane, que buscaba su gol número 101 en la Premier.
Los ‘Gunners’, por su parte, saltaron al césped de Wembley con dos modificaciones con respecto al equipo que goleó hace siete días al Everton (5-1), una por decisión técnica -Wilshere por Iwobi- y otra por obligación -Ramsey, autor de tres goles ante los ‘Toffees’, se cayó de la lista por lesión y le dejó su sitio a Wilshere-.
Otra novedad fue la presencia de Cech, el mejor de su equipo hoy, en el arco, puesto que el guardameta checo estuvo ‘entre algodones’ toda la semana y todo apuntaba a la titularidad de Ospina.
En el 4-3-3 de Wenger, Mkhitaryan se colocó en la izquierda, el recién renovado Özil salió de inicio en la derecha, lanzando al espacio a Aubameyang, referencia arriba.
Los primeros 45 minutos fueron flojos, con el Tottenham llevando el peso del partido y los visitantes replegándose bien atrás para intentar cazar alguna contra del velocísimo Auba. El coreano Son, que fue de más a menos en el choque, era el único que parecía capaz de perforar el entramado defensivo del equipo ‘Gunner’.
La única ocasión con ligero peligro en la primera mitad la tuvo Kane -¿quién sino?- a los 26 minutos, con un remate de cabeza en el área pequeña a centro de Eriksen que incomprensiblemente se marchó por encima del travesaño.
Marró su primer testarazo pero no el segundo. En el minuto 49, sólo cuatro después de volver de vestuarios, el ’10' consiguió derribar la férrea barrera defensiva de sus vecinos y subir el 1-0 al electrónico de Wembley. El punta inglés superó en el salto a Koscielny y remató, impecable, un milimétrico centro desde la izquierda de Davies y alojó la redonda en el fondo de la portería de Cech.
Los de Pochettino estuvieron a centímetros de dejar el choque visto para sentencia instantes después, cuando, en una jugada calcada, aunque esta vez con un centro de Trippier desde la derecha, Kane se sacó un testarazo que pasó lamiendo el palo de Cech.
No daban tregua los ‘Spurs’ ante unos ‘Gunners’ totalmente avasallados, noqueados y sin respuesta, que se pudieron haber llevado un saco de goles de Wembley de no ser por Cech.
El portero checo se resarció de su error hace dos semanas en Swansea y repelió todas las aproximaciones de los de casa. Primero rechazó como pudo una volea desde la frontal de Kane y más tarde sacó dos manos salvadoras a disparos a bocajarro de Lamela -acababa de ingresar- y Trippier.
Entre medias, el único lanzamiento a puerta de los de Wenger, invisibles y totalmente superados en el segundo tiempo. En el minuto 67 fue Wilshere el que probó a Lloris con un disparo desde el balcón del área que el portero francés atrapó fácil.
Los cambios del estratega francés no despertaron a los suyos y ni Lacazette, que entró por Mkhitaryan, ni Iwobi, que reemplazó a Elneny, lograron cambiar la suerte del encuentro.
Pese a las innumerables ocasiones de los de casa, y al susto final de Lacazette, quien, con el tiempo cumplido, le ganó la espalda a Davinson y disparó fuera, el marcador no se volvió a mover y el Tottenham se llevó una importante y merecida victoria que lo coloca momentáneamente tercero en la tabla y condena, salvo milagro, al Arsenal a disputar la Liga Europa la temporada que viene. EFE