Fluminense separó provisionalmente de su plantel este miércoles al defensa Vítor Mendes, uno de los jugadores investigados por supuestamente haber recibido sobornos por parte de una mafia que manipulaba los resultados en el fútbol brasileño para favorecer a apostadores.
El actual campeón carioca y uno de los equipos más destacados en el Campeonato Brasileño de este año anunció su decisión en un breve mensaje en su cuenta en Twitter, en el que no dio detalles ni explicó los motivos.
“El Fluminense informa que el jugador Vítor Mendes está separado preventivamente de las actividades del club”, se limitó a informar el conjunto de Río de Janeiro.
Pese a que Mendes no figura en la lista de los siete futbolistas imputados el martes por su supuesta participación en los amaños, el zaguero del Fluminense sí figura en la lista de investigados.
De acuerdo con la Fiscalía, hay pruebas que demostrarían que el jugador aceptó un soborno a cambio de forzar una tarjeta amarilla en su contra en un partido de la liga el año pasado, cuando actuaba para el club Juventude.
El defensa al parecer recibió 35.000 reales (unos 7.000 dólares) por la amonestación que recibió a falta de cinco minutos del final del partido en que Juventude empató 1-1 con Fortaleza por el Campeonato Brasileño.
Mendes juega en el Fluminense desde diciembre pasado cedido por el Atlético Mineiro y hasta ahora cuenta con un gol en nueve partidos disputados.
El martes un tribunal del estado de Goiás aceptó la denuncia de la Fiscalía contra 16 investigados por participar en la manipulación de los resultados.
Entre ellos, figuran siete futbolistas: Eduardo Bauermann (Santos), Igor Cariús (Sport), Víctor Ramos (Chapecoense), Paulo Miranda (Náutico), Fernando Neto (Sao Bernardo), Matheus Gomes (Sergipe) y Gabriel Tota (Ypiranga).
Los investigadores identificaron manipulaciones en al menos “13 partidos de fútbol”, de los que ocho fueron de la primera división del Campeonato Brasileño de 2022 y uno de segunda.
De acuerdo con la Fiscalía, los futbolistas se comprometían “a cometer penaltis” y “faltas” para recibir tarjetas amarillas y rojas con el objetivo de favorecer a los apostadores.
La organización que reclutaba a los futbolistas les ofrecía sobornos hasta por 20.000 dólares por determinadas acciones u omisiones.