Los 28 saques directos y 65 golpes ganadores de Berrettini, finalista de la edición de 2021, no fueron suficientes para desactivar al número uno, que se llevó el encuentro gracias a tres ‘tie breaks’ en los que fue ampliamente superior.
Encontrarse a Berrettini en segunda ronda era un dolor de muelas para Sinner, debido a la condición de no cabeza de serie del primero por el tiempo que ha pasado fuera de las pistas por diferentes lesiones, especialmente una grave en la muñeca.
El sacador, que apenas ha competido últimamente, ya demostró en Stuttgart, haciendo final, que en hierba es su territorio -ha ganado en su carrera dos títulos en Queen’s además de la final ya mencionada en Wimbledon- y, tras ganar en primera ronda a un campeón júnior del torneo como Marton Fucsovics, imponiéndose a unos problemas de espalda, metió en un lío a Sinner, del que solo tras tres horas y 46 minutos y tres desempates mediante.
La sensación más agridulce para Berrettini es que dispuso de ‘break’ a favor en el segundo, tercer y cuarto set, y Sinner le remontó dos de los tres parciales, además de anotarse el primero en el ‘tie break’. Pese a que corre la leyenda de que los sacadores se desenvuelven mejor en los desempates, Berrettini jugó los tres de forma terrible y no tuvo opción ante Sinner.
El número uno ejerció como tal y escapa de su primera prueba de fuego en Wimbledon. Su siguiente rival será el serbio Miomir Kecmanovic, que le quitó una piedra del camino al eliminar a Tallon Griekspoor. El holandés ya le había ganado un set hace unos días en Halle. EFE