Koca está acusado de “lesionar a un funcionario en el ejercicio de su trabajo” y de violar la ley contra violencia en el deporte, y su agresión ha desencadenado un debate nacional en Turquía sobre el escaso respeto que se les confiere a los árbitros.
La Federación Turca del Fútbol (TFF) suspendió los partidos de todas las ligas durante una semana, multó al club con 62.000 euros y a cinco partidos en casa sin aficionados en las gradas.
Contra Koca, que dimitió de su cargo al día siguiente de su ataque, ha dictado una prohibición de por vida para ejercer actividades relacionadas con el fútbol.
Además, la TFF ha prometido mostrar una actitud enérgica para acabar con lo que muchos consideran una cultura de impunidad en ese deporte.
En esa línea, la Federación ha impuesto también una multa de 24.000 euros y un veto de 90 días a Ecmel Faik Sarialoglu, presidente del club Istanbulspor, que el 19 de diciembre ordenó a sus jugadores abandonar el campo en el minuto 73 del partido contra el Trabzonspor, por considerar injusta una decisión del árbitro.
El marcador estaba 1-2 a favor del Trabzonspor, pero la TFF ha fijado el resultado final como 0-3, y además ha quitado tres puntos al Istanbulspor, desde hace semanas colista de la Superliga turca.
Halil Umut Meler, el árbitro agredido por Koca, forma parte de los 11 colegiados con derecho a arbitrar partidos de la FIFA.
Se espera que Koca y otros tres acusados por la agresión a Meler aparezcan ante el juez el próximo 9 de enero, informa la cadena turca NTV. EFE