“Así, nuestra primera plantilla decidió apoyar al resto del club en esta complicada situación”, informó el Spartak en un comunicado.
Después de la reunión celebrada con la directiva del club, los jugadores optaron por bajarse el sueldo hasta que se reanuden los entrenamientos.
El Spartak es la gran decepción de la temporada, ya que es octavo en una liga con 16 equipos -el Zenit es líder en solitario- a falta de ocho jornadas para el final.
La liga rusa fue una de las últimas en suspender la competición a mediados de marzo, tras lo que en este país se han detectado ya 2.777 casos de COVID-19 y 24 muertos.
Según la prensa local, la competición no se reanudará hasta finales de mayo o principios de junio, por lo que los jugadores que militan en clubes rusos entrenan individualmente.