Con Roque Santa Cruz como punta de lanza, el equipo de Olimpia saltó al césped de los Defensores del Chaco listo para buscar la victoria sobre su par de Libertad y dar una nueva vuelta olímpica en ese fantástico historial que lleva encima.
Tan fantástico como el cariño que la hinchada volvió a mostrar al plantel dirigido por el argentino Daniel Garnero, y en particular a su capitán, el propio Roque, quien en la fecha cumplió su partido número 100.
Ahí, en la previa, el público de Olimpia hizo vibrar las tribunas de los cuatro lados y desde las plateas se enseñó una obra de arte digna de publicitar al mundo.
Foto: Sergio Daniel Riveros
“Una tarde, mi viejo me llevó”, gritaba el mosaico que se mostraba en la parte alta, con una imagen alusiva al texto, y la camiseta número 24 del máximo ídolo moderno de la institución. Abajo una bandera fijaba el pacto de por vida entre tal futbolista, el club y la enorme que cubría a lo largo y ancho el sector Sur.
TERCERA VEZ. El mosaico como forma de expresión decana debutó el 16 de mayo del 2013 en partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores de América, regresó dos años después, en 2015, en Copa Sudamericana. Y este miércoles, tres años después, volvió a decir presente.
