Los detenidos fueron acusados de diferentes delitos, como posesión ilegal de arma de fuego, hurto, lesiones corporales, robo y asociación para delinquir, daño calificado, incendio, resistencia a la autoridad, desacato, riña, insulto racial y corrupción de menores, entre otros, y fueron trasladados a una dependencia policial donde luego serán sometidos a una audiencia de custodia.
Durante los operativos, un adolescente quedó detenido por hechos afines a los delitos de asociación para delinquir, incitación a la violencia e incendio y su caso fue derivado a la Comisaría de Protección de la Niñez y Adolescencia, de donde procederá al Juzgado de Niñez y Adolescencia.
Otros 330 uruguayos también identificados en el acto responderán al artículo 201 del Estatuto del Hincha, que establece penas de prisión de 1 a 2 años con multas por “fomentar disturbios, practicar o incitar a la violencia o invadir un lugar restringido a los competidores o árbitros y sus asistentes en eventos deportivos”.
Durante la investigación de los hechos, los agentes policiales analizaron todas las imágenes publicadas por la prensa y redes sociales, individualizaron las penas para cada hincha y realizaron entrevistas, con el fin de corroborar la identificación y responsabilidad de los autores.
Los hechos ocurrieron hacia el mediodía del miércoles en la playa Recreio dos Bandeirantes, en la zona oeste de Río, donde los fanáticos uruguayos saquearon comercios, destruyeron quioscos, incendiaron un autobús y una motocicleta, y atacaron a policías y bañistas con palos y piedras.
También se registraron incidentes posteriores al partido donde Botafogo goleó 5-0 a Peñarol y la policía debió ingresar a la tribuna visitante para desconcentrar. EFE