Francisco Arce nació el 2 de abril de 1971 en Ñuatí, uno de los 36 barrios de Paraguarí, localidad ubicada a 66 kilómetros de la capital del país. De este rincón partió a Barrio Obrero para hacerse hombre profesional en Cerro Porteño.
Tras una carrera prolífica como jugador del fútbol, en donde ganó importantes títulos nacionales e internacionales en diferentes sitios y con diversos clubes, se dedicó con igual pasión a la dirección técnica. A continuación repasamos los 10 acontecimientos más importantes:
- RUBIO ÑU: EL INICIO DEL PROCESO
Chiqui comenzó en la División Reserva de Libertad, en donde comunicó los primeros preceptos del oficio a los juveniles. Luego partió de Tuyucuá a Trinidad para hacerse cargo de Rubio Ñu, que en ese momento transitaba por el “infierno” de la Intermedia.
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Tras dos temporadas de proceso y en donde comenzó a forjarse el estilo Arce, el club de Trinidad ascendió en el 2008 a la división principal. En el circuito profesional se afianzó la metodología y rápidamente se le abrió la compuerta de un desafío más grande: la selección.
- PRIMERA PASANTÍA EN LA ALBIRROJA
Asumió la dirección del combinado nacional en el 2011. Las voces animaban que era el hombre indicado para tomar el mando después del ciclo exitoso de Gerardo Martino. La declaración del Tata también influyó en el despacho de la APF para la elección de su reemplazante.
En estos años, la Albirroja comenzaba a sentir el desgaste. Venía de hacer historia en la Copa del Mundo de Sudáfrica en el 2010, pero la Copa América de Argentina fue el fin de su ascenso. En esta coyuntura, el equipo fue un páramo y la pasantía del técnico no resultó.
Dirigió cinco partidos durante las Eliminatorias al Mundial de Brasil 2014. La faena, como diría él, “no es moco de pavo”. Era más difícil de lo que parecía. Cuatro puntos y tres derrotas (Perú, Chile y Bolivia) echó la guillotina, cuyo impacto se produjo tras aclimatación y caída en La Paz.
- EL CAMPEONATO INVICTO CON CERRO
Tras el intempestivo golpe, Chiqui encontró un bálsamo en La Arboleda y su primera gran conquista en Barrio Obrero, en su casa, con su club. En torneo Clausura del 2013, Cerro Porteño batió récords, acumuló 50 puntos y obtuvo un título invicto después de cien años.
- LA REPROBACIÓN GENERAL EN LA OLLA
La felicidad tocaría a puerta recién después de otro gran sinsabor, que lo marcó a fuego. Pasó el 7 de agosto del 2013, en la Vieja Olla, cuando cerca de 25.000 personas gritaron “¡fuera, Chiqui!”, responsabilizándolo de la eliminación de la Sudamericana ante Universidad Católica.
“Ese fuera, Chiqui, del estadio lleno fue muy pesado. Aprendí muchísimo de eso, me sirvió muchísimo pero sí dolió, evidentemente me dolió”, recordó el adiestrador en una entrevista con Fútbol a lo Grande TV, emitido por Telefuturo, en diciembre del año pasado.
- EL POLÉMICO TRASPASO AL OLIMPIA
La ida a Para Uno, domicilio del rival más empedernido de Cerro, creó comentarios de diversos colores en el 2015, pero Francisco Arce estaba decidido a tentarse con el riesgo. “El éxito es de los audaces y estamos dispuestos a eso y a más”, dijo en su presentación. El tiempo le daría la razón.
- LAS MIELES EN EL BANCO FRANJEADO
Hay que asumir, como se apuntaba en un comentario periodístico, que Francisco Arce ya sabía lidiar con las vicisitudes. Tras su paso por Ypané y posteriormente por Barrio Obrero, el estratega era un consagrado “comandante”, capaz de plantar lucha con una serenidad salvaje.
El estratega cambió murmullo por aplausos y hasta hoy la parcialidad le guarda respeto y le brinda cariño. Colgó en el barroco armario del Olimpia la estrella 40 y entró en la historia del fútbol nacional como el único adiestrador paraguayo en lograr títulos con los grandes del país.
- SEGUNDA ERA: REVANCHA Y DESILUSIÓN
Una vez cumplida la misión, la decadencia tomó protagonismo y puso fin al ciclo en Para Uno. Sin embargo, Guaraní fue su siguiente casa. En la Toldería se vio un repunte ostensible, pero fue interrumpido por el segundo llamado de los ejecutivos de APF. Arce, de vuelta, dijo que sí.
Asumió como sustituto de Ramón Díaz y condujo a la Albirrojo en 15 juegos. Rozó la hazaña, pero se ahogó en la orilla al caer ante Venezuela, en Sajonia, por la mínima diferencia, en la última jornada de las Eliminatorias a Rusia 2018. De haber ganado estaría calificado para jugar el repechaje.
- EL REGRESO A CASA PARA DIFÍCIL MISIÓN
A finales del año pasado, volvió a Cerro con la misión de hacer florecer un páramo. Los cuatro títulos seguidos del Olimpia insertaron más fuerza a la necesidad de romper la hegemonía del rival. Por ahora, los resultados no convencen y la remontada demandará un mayor empuje.
- METODOLOGÍA: EL TRABAJO DE HORMIGA
La adhesión del staff técnico hacia un estilo basado en mucha posesión demostró que la misma no suele rendir frutos al son del dedo. El cañonero, contrariamente al apodo que le dieron en su época de futbolista, es apegado al trabajo de hormiga y es metódico. Son dos aspectos que necesitan tiempo.
- HABITUAL R.R: RESISTIDO Y RESILIENTE
Por último, más allá de los logros, hay dos aspectos que sobresalen cuando se habla de Arce: la resistencia y la resiliencia. Hubo momentos en el que se le discutió todo. No obstante, más allá de los escenarios, siempre confió en la obstinación de su trabajo por lo que es capaz de imaginar verdes pastizales detrás del desierto.