“No cambia nada, no hay una sensación nueva. Para mí, ganar mi primer título mundial supuso un alivio. Supuso saber en ese momento que fuiste capaz de ganarlo y que ya nadie te podía quitar ese título”, explicó Vettel.
El alemán se expresó de esta forma en el transcurso de un evento organizado por la escudería austríaca para la que pilota, que tuvo lugar este miércoles, miércoles, en la playa de St. Kilda, no demasiado lejos del circuito semi-urbano de Albert Park, donde el domingo se disputará el primero de los veinte Grandes Premios previstos esta temporada.
“Ganar el primero no quita que puedas y quieras ir a por más. En ese sentido, nada cambia tampoco tras haber ganado el segundo. Sigo hambriento y me sigo enfadando cuando alguien me gana”, explicó el alemán.
“Y creo que eso es buena señal. Aunque sé que llegará el momento en que haya que perder. Y tampoco pasará nada por perder, cuando ese momento llegue. El más consistente será el mejor”, comentó Vettel, que el año pasado se convirtió en el bicampeón más joven de la historia, al batir el récord que detentaba desde 2006 el español Fernando Alonso (Ferrari) y dejarlo en 24 años, tres meses y seis días.
El alemán, que anunció que bautizó su nuevo RB08 con el sobrenombre de “Happy” (“Feliz”, en inglés) -mucho más suave que los anteriores, con nombres de mujer, casi siempre unidos a adjetivos “picantes"- y que respondió, cuestionado por Efe, que descartar a Alonso en la lucha por el título “sería estúpido”, reconoció que la “pasada temporada fue sensacional”.
“Sin embargo, no sabemos qué es lo que va a pasar ésta. Hasta que no nos subamos todos a los monoplazas este fin de semana no sabremos dónde estamos realmente, en relación con los demás”, indicó el campeón de Heppenheim, que reconoció que la prohibición en el reglamento de este año de los escapes sopladores “será una gran pérdida; más para unos que para otros”.
“En el caso de nuestro coche, tiene menos agarre. Pero no es un coche tan difícil de conducir”, comentó Vettel, que durante su charla con los representantes de los medios de comunicación presentes en la playa australiana se mostró sonriente la mayor parte del tiempo.
El “pequeño Kaiser” -que la pasada temporada ganó once carreras y rara vez dejó de subir al podio- indicó, al ser preguntado dónde guarda tantos trofeos, que aún no encontró “el sitio adecuado” para ello.
“Cuando hice la estantería para colocarlos ahí, no tenía tantos premios. Pero este es un problema muy bonito de tener, No me quejo por ello”, dijo Vettel, que cuando le insistieron acerca de “dónde, por ejemplo, había colocado el trofeo de campeón del mundo” bromeó y respondió que “sobre la mesa de la cocina”. EFE