La FEF en un comunicado precisó que, tras conocer sobre la denuncia, resolvió “dejar de contar con los servicios de los profesionales involucrados, en aras de la tranquilidad, confianza y seriedad que deben primar como valores importantes” en el desarrollo de las actividades del seleccionado.
“La denuncia que se ha presentado en una fiscalía contiene hechos muy graves que deberían seguir la respectiva investigación que dispone la ley, para lo cual la Federación ofrece brindar todas las facilidades necesarias para que la autoridad competente llegue a establecer la verdad y se apliquen las medidas que correspondan”, agrega el texto de la FEF.
Además, recalcó su “total rechazo a todo tipo de conductas que puedan de alguna manera vulnerar los derechos de las personas, especialmente aquellas en etapa formativa”.
Asimismo, recordó que la actual administración de la FEF, que apenas asumió el mando de la Federación este año, puso en marcha un proyecto que busca poner fin a “este tipo de conductas en el fútbol” y que incluye “un protocolo y normas aplicables a clubes y asociaciones”.
Dicho proyecto también pretende brindar capacitación y asistencia a quienes pudieran ser víctimas de este tipo de situaciones, añade el comunicado de la FEF.
Según medios locales, una integrante de la selección femenina de fútbol denunció el pasado viernes ante la Fiscalía de la provincia de Pichincha, cuya capital es Quito, al entrenador y a otros dos miembros de su cuerpo técnico por presunto acoso sexual.
De acuerdo a la jugadora, el entrenador le pedía que le enviara fotos suyas desnuda o que fuera a su habitación cuando el equipo se encontraba en una sede de concentración durante entrenamientos.
El técnico, del que la FEF no ha divulgado su nombre, ha rechazado enfáticamente la denuncia en su contra y ha anunciado que presentará una contra-demanda ante la justicia del país.