Nacido en agosto de 1965, Peterhansel pronto comenzó a competir. A los 14 años era campeón de Francia de monopatín, hasta que las motos centraron toda su atención. Enduros, motocross y supercross le llevaron a afrontar el reto del Dakar, en el que debutó en 1988 con un honorable puesto 18 y una atracción por la carrera que le haría volver.
Tres años más tarde ya controlaba la carrera y sumó su primera victoria sobre dos ruedas, un triunfo que abrió su dominio sobre la carrera que le llevaría a sumar seis Dakar en ocho años. Su serie se acabó en 1998, pero no porque nadie le destronara, sino porque siguiendo los pasos de Hubert Auriol decidió afrontar el reto de las cuatro ruedas.
Al volante de un Nissan logró la séptima plaza en 1999 en el año de su debut y, al año siguiente, ya mostró su calidad al ser segundo, mientras que en 2003 fue tercero. A partir de 2004 comenzó su dominio en la categoría de coches. Tras dos triunfos consecutivos, en 2006 un accidente a falta de cuatro etapas para el final le privó del Dakar, pero en 2007 se tomó la revancha al volante de un Mitsubishi.
En 2009 empezó el declive de la marca japonesa y el auge de Volkswagen, que se llevó los tres siguientes rallys con una superioridad aplastante. Ese año Peterhansel abandonó el Dakar en la séptima etapa por problemas mecánicos y un amago de incendio.
Al año siguiente dejó Mitsubishi y se incorporó al equipo BMW X-Raid, que pretendía plantar cara al dominio de la marca germana. Los resultados demuestran que no lo consiguió. Peterhansel fue cuarto en 2010 y 2011. En 2010 quedó descartado tras una calamitosa quinta etapa en la que le pasó de todo y en 2011 sufrió más de una decena de pinchazos.
Este año, al volante de un Mini del mismo equipo y sin Volkswagen en competencia, retomó la senda de la victoria. Ganó tres etapas y fue el piloto más regular. En motos, el ganador fue otro francés.
Fuente y foto: EFE.